Mi día empezó temprano agradecida con Dios por un nuevo día de vida, empecé a preparar el desayuno para mi esposo y mis hijos antes que salieran a trabajar. Cociné unos bollitos pelones en una sartén, calenté un poquito de carne mechada que tenía en la nevera del día anterior y le agregué unos huevos para rendirlo, mantequilla, queso rayado y mi acostumbrada taza de café.

Después de ordenar la cocina, me dispuse a elaborar un gorro para el tercer año de cumpleaños de mi gato Shiró, lo elaboré con materiales que tenía a la mano.

En una hoja de cartulina, tracé una línea de 7,50 cm, los materiales que utilicé para la elaboración del gorro fueron:

• Una hoja de cartulina;

• Una regla;

• Una tijera;

• Silicón en barra;

• Papel lustrillo de varios colores;

• Un plato.

Fue un trabajo sencillo, pero su elaboración llevó unos 30 minutos, como no tenía un compás para realizar el trazado de la circunferencia, utilicé un plato.

Doblé por el medio una de las pestañas para asegurarlo, le agregué unas gotas de silicón.

Recorté con una tijera la parte sobrante, con papel lustrillo de varios colores, recorté unas estrellas y unos círculos, también recorté varias tiras de colores.

Con la pistola de silicón pegué las estrellas, círculos y en la parte de arriba le coloqué las tiras de colores, corté dos tiras de cordón, le abrí un agujero de cada lado al gorro y les amarré los cordones.

Cuando realizo alguna manualidad, visualizo que va a llevar su tiempo, siempre recaliento alguna comida que tengo en la nevera, por suerte, me quedaba un poquito de sopa de pollo, mi salvadora para el almuerzo, muy nutritiva con muchas verduras.

Al llegar mi esposo y mis hijos, les causó gracia al ver que le hice una torta y un gorro de cumpleaños al consentido de la casa, me ayudaron a colocar el gorro y tomar las fotos, la torta se la hice de sardina, parece que estaba muy sabrosa, se la comió él solo, no dejó para más nadie, más adelante en les doy la receta de la preparación de la torta, je, je, je….

Después de tomar las fotos a Shiró, me tocó meterme a la cocina y preparar la cena, todos llegaron con hambre, cada quien ayudó un poquito, cociné el arroz, mi esposo fritó los plátanos, mi hija y mi hijo les tocó preparar el pollo, lo cocinaron en salsa con bastante vegetales como a mí me gusta.

De esta forma fue parte de mi día y agradecida a Dios por todas las cosas bellas que me ofrece. El cumpleañero después de comer se acostó a dormir.