Microrrelatos (XI)

in Venezolanos Steem22 days ago (edited)

Hola a todos.

Esta es otra entrega de Microrrelatos.


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Microrrelatos (XI)

Antes de salir del instituto, Roberto, Lucas y Mario pidieron permiso para ir a la ciudad por cuatro días y prometieron estar de vuelta antes del comienzo de lapso.

Arreglaron sus mochilas con la ropa que necesitarían, comida, el mapa que Roberto había comprado, los zapatos correctos. Todo estaba ahí excepto la seguridad de que podrían hallar algo importante. El único del grupo que se sentía esperanzado y lleno de energía era el responsable de que estuvieran en esa aventura.

Mario y Lucas avanzaban pocos metros detrás de él, cada uno pensando en cosas diferentes. Lucas estaba relajado, disfrutando el paisaje y pensando en enfocarse en lo que había ido a hacer tan pronto llegaran a la villa. Mario, en cambio, estaba preocupado y tenía sus razones: podrían encontrarse con un vagabundo agresivo o con una pandilla que no tendría clemencia a la hora de torturarlos.


adventure-1839220_640.jpg
Fuente

Una vez que llegaron a la villa, el humor de Mario y Lucas cambió. Esto no era sólo por el estado de las casas y las calles, sino por el aura que flotaba en el lugar.

¿Qué carajo habrá pasado aquí?, pensó Lucas.

Roberto les llevaba por las calles empedradas como si fuese un guía turístico en vez de un investigador que buscaba pruebas para dar solidez a sus sospechas. Se notaba que se había memorizado donde quedaba cada locación.

Mario miraba a todos lados esperando a que algún loco saliera de cualquier lugar y los atacara. El joven procuraba no marearse y mantenerse alerta.

Los tres amigos llegaron a una casa que fue hermosa en sus mejores tiempos. Ingresaron y subieron las escaleras hasta llegar a una habitación.


bibury-5073407_640.jpg
Fuente

—Aquí es donde ella vivía —les señaló Roberto mientras subía por los viejos y secos escalones.

Cuando llegaron al cuarto, Roberto se miró en el espejo que limpió la vez anterior. Lucas ingresó y con sus ojos recorrió los elementos destruidos por el paso de los años. Mario se asustó al verse reflejado, pero su respiración se calmó al reconocerse a sí mismo.

—Bueno, —dijo Mario cuando sintió que recuperó el control de sus cuerdas vocales, pues había pasado mucho tiempo sin decir nada— hagamos lo que vamos a hacer y salgamos de una buena vez.

—Tenemos que tomarnos el tiempo para hacer las cosas —dijo Roberto para calmarlo.

Los chicos se pusieron a revisar el cuarto. Lucas estornudaba a cada rato por lo que sacó de su morral una pañoleta y se la amarró sobre la nariz. La garganta le picaba. Aunque estuvo tentado a hacerlo, pensaba que era mala idea abrir la ventana ya que eso podría dar la señal de que había alguien dentro. Él disimulaba mejor la preocupación que Mario.


chamber-5264172_640.jpg
Fuente

Cuando terminaron de revisar, Roberto les guio a otras estancias. Mario se sacudía las manos y la ropa para quitarse el polvo. Si esto continúa, saldré asmático de aquí, se decía mientras cerraba la pequeña fila que hacía con sus amigos. Las linternas recorrían las superficies derruidas como si fuesen luces de un submarino escaneando el lecho marino. Lucas moqueaba sin parar.

Cuando finalmente salieron de la casa y estuvieron nuevamente frente a la fachada, la pañoleta fue arrancada con rapidez y el portador de esta tomó una bocanada de aire fresco antes de sonarse la nariz. Cuando sus fosas nasales estuvieron despejadas, buscó un termo con agua para calmar la picazón en su garganta.

Tomaron un refrigerio sentados en las escaleras del frente. Mario, pensando que había ido ahí para nada, contenía su fastidio y sus ganas de quejarse.

—Bueno, —comentó Roberto— miren lo que encontré.

Sus dos acompañantes se inclinaron hacia el frente para ver los objetos que había hurtado sin que se dieran cuenta.

—¿Para qué tomaste eso? —preguntó Mario, sin ver la utilidad de lo que había hecho.

—¿Has leído la novela? —al ver la expresión en su cara, supo cual era la respuesta—. ¿No? Bien.

Roberto les dio una explicación larga y detallada, procurando mantener el orden ya que sus emociones por lo general le hacían perder el hilo de lo que decía.

Se notaba que Mario entendía y aceptaba lo que escuchaba. Lucas se quitaba los restos de fluido nasal a la vez que asentía.

—¿Y luego, qué? —preguntó Lucas.

—Buscar más pistas.

Mario se quejó internamente. Él querría estar haciendo otra cosa, pero iba a estar presente para la próxima vez que Roberto quisiera volver a la villa. No los dejaría solos.


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Si quieren ver el principio de esta historia, aquí están los enlaces:

Microrrelatos IV

Microrrelatos III

Microrrelatos V

Microrrelatos VI

Microrrelatos IX

Microrrelatos X


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Gracias por leer

Sort:  
Loading...

TEAM 6
Congratulations!
Your post has been supported by THE QUEST TEAM. We support quality posts, good comments anywhere, and any tags



image.png

Curated by : @fjjrg

Sigue la historia, Roberto y sus amigos buscan algo, pero ¿qué será?
Un aserie de microrelatos que nos llevan a imaginarnos muchas cosas y dar rienda suelta a la opinión del sobre lo que se está haciendo.

Pero, ¿Hacia dónde nos lleva todo esto?

Un gran saludo amigo, espero seguir leyendo de estas aventuras, ya me pongo al día con las entregas anteriores.

Saludos