Bendiciones, querida hermana en Cristo @venturabogarin. Ya en los años pasados me topé con algunas de tus publicaciones. Siempre soñé con vivir en zonas rurales como vos, pero las circunstancias me llevaron a vivir en ciudades, aunque en lugares alejados de las caóticas áreas centrales. Por lo menos, donde ahora vivo hay un patio enorme y miles de pajaritos, lagartijas y varios otros pequeños animalitos llegan todos los días para quedarse un buen rato. Los pequeños réptiles viven aquí, lo que por supuesto me alegra mucho. Entiendo también las dificultades que hay en nuestros países latinos cuando la fibra no nos alcanza. En mi actual país, los datos móviles igualmente cuestan un riñón. Todo lo opuesto que en los países europeos, donde las operadoras te dan toneladas de datos móviles a precio ridículamente bajo. Gracias a Dios, en mi casa alcanza la fibra. No podría contar con un celular para mi trabajo de escritora: imposible para mí editar textos sin computadora. Las pantallas de los celulares son muy pequeñas, el teclado del celular es también pequeño y mi hipermetropía me perjudica. No sé qué le pasa, sobre todo a mi ojo izquierdo, que parece estar perdiendo la vista poco a poco. Igualmente como vos, necesito conseguir tratamiento en el sistema público de salud. Pues el privado es caro, y si necesitamos una cirugía, ni hablar. Steemit y otras plataformas, sus primas, se convirtieron en mi empleo principal, sobre todo desde que el COVID arruinó la economía de muchos países. Igual que vos, necesito el dinero que aquí me gano para pagar mis remedios que son carísimos (las farmacias aquí no te dan nada gratis, a no ser unos tratamientos limitados para los diabéticos, hipertensos y asmáticos). En el caso de que padezcas otras enfermedades serias, te podés morir para ellos. Estamos en el mismo barco o casi. Sin embargo, gracias a Dios que podemos trabajar en lugares como este. Un abrazo.