Ahora bien yo relaciono este árbol con la vida misma del ser humano, destacando en primer lugar lo bello que le adorna su tallo a pesar de haber sufrido tantos golpes de la vida, por otro lado, lo verde que esta en la punta, es decir, que a pesar de sus adversidades pasadas sigue retoñando y por ultimo su tamaño de gran nivel, que muchas veces no lo vemos y valoramos pero no es fácil de alcanzar.

Al respecto, es importante resaltar la empatía que debe existir entre el ser humano y la naturaleza para poder sentirla, muchas veces suele suceder que estamos al frente de un paisaje natural o en contacto con un ser vivo de la naturaleza y no le sentimos… ¿Pero porque sucederá ello?, es bueno preguntárnoslo, precisamente porque no existe una conexión entre ellos y nosotros.

Siempre hemos escuchado por ahí, que la naturaleza es vida, pero no nos hemos detenido a pensar el ¿porqué?…y es que nuestro ecosistema es un todo que crece y se desarrolla sin intervención humana, lo que la hace vital y hermosa. En este aspecto es importante considerar el árbol como un ser único y especial en la naturaleza y el ser humano como el ser consiente y racional en ella.

Es importante también mencionar como muchas veces la ráfaga del viento tambalea y mueve al árbol, pero aun así sigue firme. Esto nos muestra la capacidad que tiene de resistir a las tormentas que la vida le presenta tratando de hacerle desfallecer, así también el ser humano lleva consigo una vida con innumerables problemas y dificultades, que muchas veces te a orillan a flaquear y no continuar. Sin embargo, debemos de ser como este árbol; siempre firme ante cualquier circunstancia.