"CEGATONA DE NOCHE UMBRÍA" (LA ORIGINAL)
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Tenía este relato ya escrito esperando que convocaran de nuevo el concurso de “Humor venezolano”, pero me cambiaron la seña, resulta que esta vez la anécdota debe contarse en verso. Entonces se me ocurrió escribir la misma anécdota con rima para el concurso, pero publicar la original aparte y enlazar ambas publicaciones mediante un link. Vamos a ver cómo resulta:
Les contaré algo que me ocurrió hará unos once años aproximadamente. Ante todo haré la salvedad de que siempre, desde niña, le he tenido miedo a la oscuridad y tal temor no lo he perdido ni siquiera al llegar a la edad adulta.
Bien, siempre hemos tenido la costumbre de dejar encendido el bombillo del baño toda la noche ya que así, si alguien necesita ir allí en la madrugada no tendrá problemas para encontrar el camino (Y si ese “alguien” soy yo…bueno, ya saben, no tendré miedo).
Pues una madrugada me despierto con la necesidad de ir al sanitario y cuando abro los ojos… no vislumbré el acostumbrado resplandor proveniente del baño… todo eran densas tinieblas. Me asusté mucho y desperté a mi esposo con gran alharaca:
- “¡Orlando, no veo nada, estoy ciega…ciega!”
Era un mar de llanto y mi esposo me responde:
- “Mija, qué ciega ni qué ciega…es que se fue la luz”
Como les conté al principio, eso fue unos once años atrás, en esa época no habían cortes, racionamiento ni idas intempestivas de luz. Por eso ocurrió esa confusión.
Bueno, lo cierto es que esa misma semana, otra madrugada, me despierta mi esposo para decirme:
“-Eh, escucha, se acaba de ir la luz, para que no me vayas a despertar gritando que estás ciega”