Saludos a toda la comunidad de Steemit, en especial a la de #venezolanossteem. Hoy me uno al cuarto concurso de foto-relato promovido por @oacevedo, en el cual nos convoca a escribir un texto narrativo a partir de la siguiente imagen de su autoría:

Una mano aleteaba en el horizonte y se perdía entre el cielo y el mar gris. El marinero tenía linaje de pescadores, pero recién estaba echado a la mar. La gente decía que era una locura lo del viaje, pero la juventud no entiende el significado de la palabra peligro. Si los guardias de la costa hubiesen hecho un registro de los tripulantes, el promedio de edad no llegaba a los treinta años.

Las muchachas con figuras de sirenas se contoneaban en el muelle. Los pescadores de orilla las miraban más allá de lo visible, les lanzaban anzuelos de piropos que ellas recibían a cambio sonrisas. Era un buen augurio para el viaje: “Estaban buenas, se decían”, “Cuando lleguemos, vamos a arrasar, y después nos venimos forradas de verdes, jajaja”, “Ya me imagino a maita montada en mi tremenda nave, ¿quién aguanta a la vieja”.

Los muchachos fumaban y bebían sin parar. Tenían tres días amaneciendo para asegurarse un puesto en el peñero de Bartolo.

El proceso era largo: conseguir la gasolina con los guardias, pagarles la cuota para no llenar los permisos y esperar la autorización para zarpar en el momento justo cuando no estuvieran “los sapos”.

Risas de esperanzas partían el mar en dos; el peñero como caballo rampante levantaba su proa y se sostenía en la popa ante la bravura del oleaje.

Las bocas turbulentas reclamaban sus espacios: agua oscura, dulce y espesa se ceñía a babor; aguas blancas, saladas y livianas a estribor. El guayacán sentía el impacto en sus cuadernas.

Con la luna de testigo naufragaron los sueños, la ambición y el porvenir. No hay retorno a Ítaca.

Fuente

Si deseas participar en este concurso aquí la información