Esto de la fotografía es nuevo para mí, pero no quise dejar de intentarlo. Tomé una copa, la puse en varios lugares, pero la luz no era muy buena y mi cámara tampoco y decidí ponerla en el suelo, muy cerca de la puerta para que entrara la luz. Después de dar algunas vueltas y, a punto de rendirme, comencé a imaginar la foto. De pronto, llegó a mí la idea de echarle agua y ponerle hielo ¿Cómo se vería? Me levanté, fui por agua, por hielo y este fue el resultado.

Saludos a todos y espero que su café siempre esté caliente

Nota: ... y que Dios me mire con ojos de piedad ¡Ja, ja, ja!