CONCURSO DE BIOGRAFÍAS SEMANA #04
CONCURSO DE BIOGRAFÍAS SEMANA #04 / José Ignacio Cabrujas
Gracias @belenguerra @fendit por crear este maravillosa iniciativa, y @steemit @steemcurator01 por hacerlo posible.
José Ignacio Cabrujas Lofiego nació el 17 de julio de 1937 en Caracas, Venezuela. Escritor, novelista, dramaturgo y docente de la Universidad centra de Venezuela (UCV). Además director de teatro, actor, cronista, escritor de telenovelas, libretista de radionovelas, autor de guiones cinematográficos, moderador de programas de radio, humanista y diseñador de campañas políticas venezolano.
El escritor se cría en la populosa zona de Catia, el oeste de la capital caraqueña, su afición por la literatura le hizo incursionar desde muy joven en la escritura y la actuación, consiguiendo rápidamente la aceptación en el Teatro Universitario de la UCV. Es considerado como uno de los renovadores del género de la telenovela en América y llamado el Maestro de las Telenovelas.
Sus padres son José Ramón Cabruja Esteso y Matilde Lofiego de Cabruja, sin la “S”; lo que ocurre es que el escritor le agregó esta letra al final de su apellido cuando estaba en el Teatro Universitario (TU) donde un reconocido periodista le hizo una entrevista y publicó una nota sobre la actuación agregando la “S”. Al parecer al joven actor le agradó y decidió seguir usándola, por lo que pasó a ser conocido como José Ignacio Cabrujas.
Este hombre de letras decidió ser escritor en su adolescencia cuando terminó de leer Los Miserables de Víctor Hugo, la cual le produjo una conmoción profunda, entonces de forma absoluta se atrevió a decir:
Esto es lo que yo quiero hacer en la vida; que estas letras, estas páginas, me hayan producido toda esta emoción es un milagro; yo quiero formar parte de ese milagro.
Cabrujas, también fue el cronista que retrató la idiosincrasia de Venezuela a través de sus ensayos en la prensa nacional, en sus guiones cinematográficos y de telenovelas, los cuales produjo en individual así como en colaboración con los también grandes Román Chalbaud, Julio César Mármol, Isaac Chocrón, Salvador Garmendia y Pilar Romero.
Sus ideas políticas de corriente izquierdista, tan en boga en la década del sesenta, marcan buena parte de su férreo y crítico lenguaje hacia los gobiernos de turno, que fue plasmado en su producción, ya como historias del momento o en revisiones históricas a hechos de la independencia y las primeras dictaduras en Venezuela, relatadas en obras de teatro y telenovelas como: El Ilustre Americano, Boves el Urogallo, Gómez I, Gómez II, Estefanía, Sangre Azul, El día que me quieras y Acto Cultural.
Me gusta su palabra persuasiva, su fraseo ingenioso en los textos, su discurso emocional lleno de hallazgos idiomáticos. Uno encuentra esa combinación de palabras que forman la frase justa, exacta que tiene esa dimensión precisa.
El Día que me Quieras (1979) una de sus más famosas y montadas obras de teatro en varias partes del mundo, el personaje Pío Miranda aparece al inicio de la obra defendiendo obcecadamente las míticas tesis comunistas, para luego, en el desarrollo de la trama, desistir de ellas:
No hay nada en Ucrania. No sé dónde queda Ucrania. No hay unión de repúblicas Socialistas Soviéticas, no hay Kamenev ni Zinoviev… no sé pronunciarlos…
Los personajes cabrujianos poseen una manera particular de comprender su entorno y lo expresan gestual y lingüísticamente: un discurso que los (des)ubica ante el grupo y ante lo que representan de manera sociocultural. De héroes a antihéroes y de ahí a personas. Personajes que fingen ante el entorno y sostiene su utopías hasta que se derrumban a conciencia con su propia poética, su sonido, tesitura e imagen.
Las historias del maestro Cabrujas, han quedado plasmadas en el imaginario de Venezuela que siempre le reconoció su talento, no sólo con premios sino con altos índices de audiencia televisiva y taquilla nacional en cine y teatro, así como la línea de buenos escritores y actores que inspiró y formó.
El 21 de octubre de 1995 Cabrujas deja el plano terrenal en Porlamar, Isla de Margarita, a sus 58 años a causa de un infarto agudo de miocardio.
Creo que tuve la misma sensación que él cuando leyó los Miserables: por un largo rato no pude dejar de llorar al verme envuelto en tal pérdida y exaltación.