Querido Santa:

La verdad que, no vengo aquí para reclamarte, porque sería injusto, ya que es verdad que me mandastes mis regalos, pero ahora bien tengo ciertas cosas que en pocas palabras te quiero sacar en cara, porque yo escribía esa carta con mucho amor y deseos, y recibía todo lo contrario como aquella vez que te pedí un teléfono que alumbrara en la oscuridad y lo que me trajiste fueron unos legos, que ni paciencia para ellos tenía jaja, o aquella vez que te pedi un mono patin, y lo que me trajiste fue un bate y una pelota además de unos carritos, recuerdo que ese día, me puse a llorar como casi todo los años, mis padres me tuvieron que llevar a comer helado, y fue cuando se me olvidó la traición que me hicistes.

Pero algo que sí no te voy a perdonar es aquel día que te pedí un teléfono y lo que me trajiste fueron unos audífonos, jaja. Yo no tenía teléfono y me trajiste unos audífonos, naguara, ese día fue uno de los que jamás voy a olvidar. Empujé el arbolito, y prometí nunca pedirte nada. Mis padres me pedían que me calmara y nada. Fue en el año 2020, estaba entrando a 6to año, jaja ese día sí que te pasaste, y todavía es fecha que me pongo a pensar cómo es posible que me dieran unos audífonos, ¿sin teléfono qué iba a escuchar?, jajaja. Pero con los días eso se me pasó, pero no te salvas, esa traición fue muy fea, ¿acaso no sabías leer? ¿Dónde quedó mi teléfono? Para este diciembre sería genial; ya este perol que tengo no da para más, jaja.

Pero con todas las tradiciones y fraudes, te quiero mucho, ya que sacas sonrisas a esos niños, los cuales esperan esta fecha para hablar contigo y pedirte de todo. Solamente quiero que cumplas con lo que pidan, y no los dejes decepcionados como me dejaste a mí, y ten en cuenta lo de los audífonos, no vaya a ser que esta vez le des un cargador a un pobre niñito que no tenga teléfono, jaja. Ah, por cierto, y si te preguntas qué pasó con esos famosos audífonos que me trajiste, se los quedó mi papá; él sí tenía celular. El regalo parecía que era para él y no para mí. Pero bueno, no debo odiarte porque, a pesar de las indiferencias y las tradiciones, fui feliz con mis juguetes; ahorita conservo algunos, y estoy feliz por eso. Espero que este año te vaya mejor, con la lectura de las cartas, jeje.