Si estás en capacidad de compartir algo de alimentos o comida con personas realmente necesitadas por causas diversas, no dudes en hacerlo. De igual modo, puedes proceder con los animales de compañía o silvestres, e incluso, no pierdes nada si riegas o abonas una planta. Y recuerda: ¡Ser bueno, no es malo!
Me encantó este final en tu post. Si cada uno de nosotros hiciera algo como esto, al menos 1 vez a la semana (algo que consideró poco) sin duda, haríamos del mundo un mejor lugar para vivir.
Me alegra que te agrade ese final.
En mi pueblo, Villa de Cura, en el Estado Aragua, hay muchas personas que se dedican a alimentar a perros y gatos que andan por la calle, sin dueños aparentes. En la cuadra donde se encuentra la casa donde vivo, siempre hay perritos(as) callejeros, y entre todos los vecinos los alimentamos con la comida que preparamos y la que nos sobra. Cerca de las puertas de las casas, colocamos potes con agua, para que se refresquen; y creo que es algo que se va haciendo colectivo, en la medida que se pone en práctica.
A mí en lo particular, hacerlo me hace feliz.
¡Saludos!