Para mi es muy difícil olvidarlo, pues él sin permiso entra en mis sueños más profundos, es como si mi inconsciente estuviera impregnado de mi abuelito, al que llamábamos cariñosamente "Papaíto", pues él es el ser más completo que conocí y tuve la fortuna de que fuese mi abuelo.

Claramente es de raza indígena, nacido el 2 de Febrero de 1916 y partió a la presencia del Señor un 1 de Noviembre de 2008.
Si, aún lo extraño; pues él se encargó de transmitirme los mejores consejos que he recibido en toda mi vida, aunque no le hice caso en todos ya que mi naturaleza rebelde y pendenciera hacía que le contradijera, pero aún así no me dejaba de querer.

Él como la mayoría de los hombres de su época, le tocó trabajar desde niño, en múltiples facetas, como agricultor, comerciante, hombre de lucha incansable y hasta el último día de su vida trabajó; pese a que sus últimos meses le tocó lidiar con un cáncer hecho metástasis y le agotó el aire que respiraba. Un día en el que los cementerios se llenan de personas para visitar a sus familiares, ese día lo fuimos a sembrar en Barquisimeto, la tierra que lo vio nacer.

Yo si creo que las personas como él se multiplican en el alma de quien los vive; sus consejos aún retumban en mi mente, sus enseñanzas y sus sarcasmos para hacer calmar mi ansiedad de niña y adolescente malcriada.

Una de las frases solemnes para mandarme a hacer algo productivo era: "Vaya a ver si la puerca puso y me trae los huevos."

En el patio de su casa habían gallinas, gallos, perros, cerdos y cual animal de granja temporal disponible para comer; además de unas tantas plantas frutales; lo que hacía que su patio era mi disneylandia personal en donde yo era libre de jugar, de socializar con animales, de comer lo que se antojara y también el lugar en donde me mandaban a ser productiva, porque tenía que recoger los huevos de las gallinas, alimentar a todos los animales, darles agua, jugar con los perros y ser yo misma en mi propio país de las maravillas.

Mi abuelo me incentivó a trabajar desde muy joven si yo quería alcanzar mis objetivos personales. Mi primera computadora (hace 25 años) la compramos con dinero producto de la venta de cotufas y tortas. Él, obviamente que puso la mayor cantidad de dinero, pero me hizo soñar despierta y creer que trabajando con esfuerzos se consiguen las cosas que necesitamos.

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Yo sé que no puedo hablar con él porque no me escucharía, pero, si hipotéticamente lo volviera a ver, no dudaría en abrazarlo fuerte y decirle que gracias por tantos consejos, que ésta vez si le voy a obedecer, también le confesaría que he sido yo la que se ha robado los chocolates de la bodega todos aquellos tiempos, aunque de seguro él ya lo sabía pero jamás me delató.

Espero ver a mi abuelo en la eternidad con Cristo, allá en las bodas del cordero, en donde estamos convidados todos aquellos que hemos creído en Cristo como nuestro Señor y Salvador.

Sé que mi abuelo seguirá retumbando fuerte en mis mejores sueños profundos.

@graceleon

Fotografía antigua de mi abuelito papaíto.

Invito a participar en el concurso de la comunidad a @paholags @marvinvelasquez @dasudi en el concurso recuérdame