Muchas veces el camino más largo es el que más se disfruta. Esa larga carretera cambia el paisaje rutinario y estresante de la ciudad e invita a la aventura. Mientras se hace la travesía es propicia la tertulia, momento de cantar y relajarse.

Ese largo camino se identifica con la vida misma, un camino lleno de desafíos y obstáculos, una experiencia de la cual aprender.

Al final el inmenso azul del cielo confundido con el océano invita a agradecer a Dios por el largo camino recorrido y el encuentro con su majestuosa creación.

¡Saludos y un fuerte abrazo!