A veces me siento triste... Una especie de ola de nostalgia me invade. Los sentimientos se vuelven densos y van paralizando cada parte de mí.

      Hay días en que la tristeza está más cerca. Se vuelve una compañía inesperada. Me toca la puerta sin aviso y entra sin permiso a mi corazón. Se que se irá de vuelta, pero el tiempo en el que me visita, su imponente presencia me ahoga, me desgarra.

      A veces me siento triste... Escucho como las aves que vuelan sobre mi, cambian sus cantos alegres por melodías de llantos.

      Mis ojos parecen ver todo en grises tonos. No hay colores radiantes esas mañanas y el sol se opaca aunque brille. Un hielo intenso surge y va enfriando mi sangre, mi mirada.

      A veces me siento triste... No puedo evitar que salten mis lágrimas, ellas quieren brotar aunque yo luche y luchar contra el dolor es imposible.

      Mi tristeza es mía. Tal vez la confeccioné una noche mientras cocía una manta. Quizás la puse al horno junto con una torta o quién sabe cuando le besé la frente una madrugada.

      A veces me siento triste... Se que la tristeza es de humanos. Se que es parte de la vida misma, compañera de un tiempo acelerado. Se que es la otra cara de la suerte y que debo despedirle sabiendo que otro día vendrá a recordarme que existe.