: ¡Qué belleza de foto, Verónica! Ver ese color amarillo tan vivo en las hojas, bañado por esa luz mágica, es un verdadero regalo. Nos recuerda la importancia de detenernos y apreciar esos momentos fugaces de la vida que son como pequeñas bendiciones. Qué interesante cómo los árboles nos hacen despertar emociones, y más cuando son tan parecidos a nuestro árbol nacional, el araguaney, el cual, como bien sabes, florece de un amarillo espectacular. ¡Gracias por compartir esta alegría! Me encanta la luz que irradia. Atentamente, Gustavo