Eran la vacaciones y un grupo de personas salió a las montañas para acampar, llevaban en sus morrales todo lo necesario para levantar carpas y pasar un rato tranquilo en la naturaleza. Asi que caminaron buscando el sitio ideal mientras disfrutaban de la suave brisa y la humedad de la naturaleza que a pesar de que el sol brillaba aplacaba su calor.

Llegaron a una planicie y se emocionaron al ver que las gramas verdes lo hacían hermoso, aunque les llamo la atención que en los alrededores de ese lugar no había nada más que esas gramas.

Igual comenzaron a montar las carpas, muy juntas porque querían estar cerca cuando encendieran la fogata nocturna. Se escuchaban las risa de los niños jugando mientras colocaban malvaviscos en el fuego.

Pero de repente las gramas se tornaron humedas como que estaban bañadas por el agua de un río, apagaron el fuego. Decidieron encender las lámparas y entrar a las carpas. Pero comenzó a soplar una brisa extraña y solo se movían las carpas. Que parecía que sus pedazos volaban alrededores.

Las personas quisieron salir corriendo pero las gramas verdes detenían su paso y por más intento que hicieron quedaron sumergidos en aquel lugar donde solo veían un misterioso fuerte en la medida que sus cuerpos cayeron sin vida.