En el planeta tierra había ocurrido una serie de sucesos, a causa de la contaminación por las actividades humanas. Se presentaron huracanes, maremotos, tsunami, derrumbes, se derritió el hielo de los glaciares. Todo un caos.

Pero en las profundidades de una enorme montaña existía una galería subterránea de laboratorios construidos por un grupo de científicos que conocían perfectamente el estado del planeta.

Cuando se acrecentaron los fenómenos atmosféricos e hídricos, fue surgiendo del interior de la montaña una inmensa nave espacial que arrastraba la galería de laboratorios donde habían diferentes especies marinas, los científicos llegaron a la conclusión de que si la vida había surgido en el agua y la mayoría de los planetas estudiados estaba formado de un gran porcentaje de agua era un riesgo viajar con especies terrestres que tardarían en adaptarse y morirían. Por eso no era necesario cargar organismos que luego parecerían .

La nave levanto vuelo pero al salir de la órbita del espacio terricola fue atraído por una fuerza y aún se encuentra suspendido, perdido en el espacio sobre ráfagas gaseosa pesadas que impedian que se desplomaran.

Así pasaron muchas lunas y aún los terricolas están en algún lugar del universo perdidos en el espacio.