Todo tiempo pasado fue mejor, es una vieja consigna que busca anclarnos al ayer que definitivamente ya no vuelve, talvez hay muchas cosas que en el tiempo ido, es indudable que fueron excelentes, pero debemos tener claro que el pasado es el pasado, son etapas que se han quedado detrás y solo queda mirar hacia el horizonte, en búsqueda de nuevas visiones y nuevas oportunidades.

Ahora debemos también admitir que el pasado nos debe servir de mucho, sus luces son el faro que debe guiarnos hacia los puertos por venir, oír la voz de quienes estuvieron antes que nosotros, presentar nuestros respetos a quienes por sabiduría vivieron un tiempo maravilloso y que es muy valido, pues esa experiencia les ha permitido llegar a nuestros días.

Reflejarnos en las luces del ayer, nos permite no estar bajo las sombras del presente, tampoco ver la distancia como un camino espinoso, talvez no todo tiempo de ayer fue mejor, en el pasado no habían algunas cosas imprescindibles de hoy, pero entendamos también que la manera de vivir de cada época es un proceso de adaptabilidad del individuo, no podemos pensar que por no tener algunas cosas en el pasado la gente era infeliz, la felicidad depende del individuo, tampoco tenemos una formula mágica para comparar las épocas, simplemente usemos la experiencia del ayer para vivir nuestro presente.

Indudablemente según cuentan muchos, el pasado tuvo muchas cosas hermosas, las imágenes que tenemos de él nos indican que era así, pero era ese tiempo, vivimos en otro instante con sus maravillas, toca hoy no anclarse, ni vivir del ayer, toca usar su luz como guía, los caminos del tiempo siempre nos muestran su bondad, el ayer no vuelve, queda disfrutar de sus imágenes, de su imaginario andar, cuidar mucho de aquellos seres que han llegado a nuestros días y que fueron protagonistas de aquellas vivencias. Seamos el presente alumbrados por un ayer no lejano que nos dio alegrias y razones para estar hoy acá.

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Antonio Evies, Abril 2024