Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #7"

Siempre he sido fanático de la vida nocturna, me gusta el aire frio que recorre las calles, lo iluminado que puede estar todo, me gusta sentir lo seguro que puedo estar porque cuando falte poco para llegar a mi casa, tengo que caminar por esa calle misteriosa que da una sensación que te apuñalaran en cualquier momento. Una mala energía emana de ese sitio, lo incierto es el terror más común por el cual nos podemos enfrentar al estar en un lugar como ese, un frio escalofriante, la iluminación centrada solo en algunas partes, las manchas de sombras que tiene la calle donde puede esperarte quien sea. O lo que sea.

En los días que he vivido en esa casa y tengo que caminar por esa calle, he escuchado cosas, algunas normales como gritos o discusiones, otras solo se podrían describir como si una unión entre un humano y un caballo existiera y lo estuvieran torturando. Recuerdo un día en donde me sentía muy alerta, más que otros días, sentí que alguien estaba en esas manchas de sombras que dominaban la calle; lugares donde no se podía ver muy bien y se sentía más frio de lo usual, apareció un hombre envuelto en sabanas, con la cara escondida en ella, pidiendo algo de ayuda para comer. No tenia nada que darle más que una disculpa, sin decir palabra alguna, solo se limito a sentarse en el suelo y dejarme pasar.

Al voltear para preguntarle como conocía a mi hermano ya no estaba, fui a mi casa, recogí algunas cosas y las lleve a ese sitio, en el suelo, como una ofrenda a ese señor. No lo hice por miedo hacia ese hombre desconocido, lo hice por mi hermano, que estaba muerto hace un tiempo y tal vez solo era un anima que esperaba ayuda de su hermano mayor. No sabré con exactitud que era o que fue, pero esa calle para mí siempre tendrá algo misterioso.