Weekly Contest, "Creating Stories Week #25". /Concurso Semanal, "Creando Historias Semana #25".-- Rápidos y emplumados

in WORLD OF XPILAR3 years ago

Había una vez, en un pequeño poblado, unos niños que jugaban con aves en la plaza. Las entrenaban para que compitieran dándole la vuelta a la fuente central y así ver qué ave era la más veloz. El que tuviera el ave más veloz, ganaba. Al principio solo era una diversión, pero todo cambió cuando empezaron las apuestas. Los niños cada día atraían a más personas que querían apostar. Muy pronto estos niños se convirtieron en adultos y también en pioneros de una de las competencias más grandes del poblado. Ya no era un juego…

La mafia, al darse cuenta que las carreras de aves eran tan populares, se adueñaron de la competencia… carreras arregladas, estafas, fraudes, maltrato a los animales… los primeros competidores trataron de detener todo esto, pero no hubo suerte, ya no era su juego...

Ya no participaba el que quería, sino el que pagaba y ya no ganaba el ave más veloz, sino la que ellos quisieran.
Un joven entrenador muy talentoso, también uno de los pioneros del juego, estalló en cólera al ver la transformación del juego que ayudó a crear y decidió arreglarlo todo. Se reveló en contra del sistema actual del juego y apostó todo a que podía vencerlos…

Al entrar, se dio cuenta que ya no eran palomas y pájaros pequeños de la zona como con los que jugaban antes, eran águilas, halcones, pájaros majestuosos cuya belleza habían cubierto de pequeñas armaduras y armas para dañar a su oponente.

El joven perdió no solo la carrera, sino también su dinero y su reputación, no contentos con eso, también hirieron de muerte a su ave, a quien él cuidaba desde hacía 6 años. Murió mientras competía a causa de una herida hecha por algún arma equipada en las alas de alguna otra ave.

Días después de su derrota, el entrenador frustrado y ahora en las calles olvidado, se encontró un pequeño pajarito herido bajo un árbol. En estado de indigencia y con mucha hambre, envés de comérselo, decidió cuidarlo y tenerlo como su amigo. Pasado un año, su derrota aún le traía pesadillas y no lo dejaba dormir su arrepentimiento, frustración y molestia. El ahora indigente, de forma inteligente usó sus dotes para enseñar al ave a robar comida. El pajarito robaba comida tan rápido que apenas lo podías ver. Era un rayo. Nunca pensó en inscribir a ese pequeño pajarito en la competencia, era su único amigo, no lo quería perder y, además, no tenía dinero…

Un buen día, el pajarito le robó un perro caliente a alguien que cambiaría la historia. Este hombre persiguió al pajarito hasta dar con el entrenador y tan pronto se vieron, se abrazaron llorando. Se trataba de un primo del entrenador, quien para el momento tenía un alto cargo político. Este le invitó a comer le dijo que no había podido hacer nada para detener la crueldad de la mafia hacia los animales, porque no había pruebas contundentes de ello, pero que él sí podía, solo tendría que ganarles en carrera. El entrenador se emocionó y se alertó al mismo tiempo, pues sabía que se refería a su pequeño compañero. El entrenador se negó y se levantó de la mesa para irse sin decir ni una sola palabra.

Pasaron los días y el entrenador estaba preparándose para irse de la ciudad, pues ya no toleraba ver aquel estadio en el que lo perdió todo, pero una mañana, al despertar, se encontró con mucho dinero bajo su almohada, un pase para la competencia y una nota que decía: “Sé que puedes cambiarlo todo”. El joven lo pensó, pues con ese dinero podría irse y hacer otra vida, pero decidió enfrentarse a sus miedos, entrenó 3 días a su ave para la competencia, tenía que ser rápida, pero también ágil y fuerte. Fue difícil, pero lo logró.

Al llegar, apostó solo la mitad del dinero. Los mafiosos se confiaron al ver el tamaño del ave y pusieron a correr a sus aves menos ágiles, pero armadas.

El ave del entrenador lograba esquivar todos los golpes y los mafiosos se empezaban a desesperar. Quien llegó primero a la meta fue el ave del entrenador, por lo tanto, duplicó el dinero que apostó. Los mafiosos se molestaron y le dieron la oportunidad de irse o correr una vez más, pero, esta vez, todo o nada. El entrenador bastante asustado, pero molesto y además confiado, decide que van a competir una vez más. El entrenador pone todo el dinero que trajo y lo que se ganó en la mesa y los mafiosos pusieron el título de propiedad del estadio, dinero y una carta firmada por todos en el cual juraban nunca volver a hacer competencias con animales. El entrenador aceptó.

Los mafiosos trajeron otras aves para competir. Parecían toros voladores… el entrenador se desesperaba… las apuestas se inclinaban por las aves más grandes y más armadas. El entrenador se arrepentía.

Al iniciar la carrera, el entrenador notó que buscaban matar al ave a como dé lugar. Las entrenaron para matar, no para competir. Su ave corría gran riesgo. El entrenador se colocó detrás de la línea de meta y empezó a dar direcciones al ave de lo que tenía que hacer para esquivar las agresiones. El ave se escapaba de las armas mortales que tenían los demás competidores con gran dificultad, un águila le cortó un poco abajo del ala, pero el ave seguía volando. Se posicionó de primera y justo antes de llegar a la meta, los mafiosos salieron de las gradas y dispararon al ave, el ave cayó al suelo justo en la línea de meta. Los espectadores comenzaron a abuchear y a lanzar comida a los mafiosos, pues acababa de cometer una atrocidad. El entrenador cargó a su amigo herido y notó que le faltaba mitad de ala. Fue directamente hacia los mafiosos, tomó a uno del cuello y le dijo: “Dame mi premio y fuera de este pueblo.”

Con el levantamiento de las masas en contra de ellos, la mafia no tuvo más opción que irse del pueblo. Hasta hoy, el juego quedó prohibido. En el estadio ahora dictan cursos de conservación al medio ambiente y de adiestramiento de animales

Moralejas: “siempre lucha por defender tus ideales”
“con solo un poco de apoyo, el talento puede lograr grandes cosas”

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