Donde
Hoy compartiendo cosas que uno ve de esta realidad, espero les guste.
Los hombres y mujeres de este planeta siempre han necesitado seguir una causa, ya sea porque era algo necesario o porque se trataba de una injusticia. Así, veían bien unirse a estas causas.
Movimientos de derechos laborales, movimientos contra las bombas nucleares, movimientos por los derechos de la mujer... la gente seguía a líderes o se unía a estas causas para hacer la vida más justa.
¿Y qué sucede hoy en día?
¿A qué causas o razones sigue la gente en general?
Está el cambio climático, pero ¿hay algo más?
¿Hay alguien más a quien seguir?
Parece que hoy las personas apoyan una causa y al día siguiente la cambian, porque antes la información era local, pero ahora se transmite tan rápido que los sucesos en el mundo llegan casi al instante. Esto hace que la causa y su buscador se encuentren más rápido que nunca, pero también que todo sea tan frágil que una causa se cae y otra se levanta.
Esto ha creado, en la actualidad, un montón de gente desorientada.
¿Y qué puede pasar con personas confundidas?
Que es muy fácil engañarlas.
Es difícil reconocer la validez y la importancia de la información que se consume:
¿es recreativa o fundamental?
¿Vale la pena seguirla o no?
Así, muchas personas deciden no seguir a nadie y enfocarse solo en su vida y en la de su familia.
Está claro que muchas cosas se desmoronan, y esta situación nos hace entender que en la vida es importante buscar cosas seguras y confiables, ya que, si esta es la generación de cristal, esas tendencias pueden afectar a todos.
La consecuencia es, en muchos casos, una generación con ideales fragmentados o, como mencioné antes, una generación de cristal, que lucha por encontrar algo sólido y confiable a lo que aferrarse.
La respuesta a esta confusión podría estar en buscar seguridad y sentido en valores y metas personales, familiares, y a veces hasta espirituales, que tengan una base más estable.
En lugar de enfocarse en valores fundamentales o en soluciones duraderas, la gente termina atrapada en el ciclo constante de tendencias, lo que facilita que se manipulen o se “vendan” causas de forma superficial.
Es como si la brújula ya no funcionara para señalar bien cuál es el norte.
Se puede decir que se ha creado la forma de subir cualquier cosa y la gente la crea.