El viernes 30 de julio, hicimos una reunión en el club hispano de Valencia, con el fin de darle una sorpresa a quien nos acompaño todo este año escolar a distancia con amor y la paciencia no solo de atender a cada uno de nuestros niños en el 3er grado, sino a nosotras las madres que nos tocó la ardua tarea de ser maestras en casa, debido a la pandemia y que muchas de nosotras no teníamos ni idea, ni pedagogía para educar, la maestra IBEK, que es una super profesional y que tiene todo mi respeto y cariño, salimos adelante y nuestros niños pudieron ser promovidos a 4to grado.

Durante el año escolar todos hicimos esfuerzo, sobre todo con esta nueva modalidad de clases online, teniendo en cuenta que un internet no funciona tan bien y que el tema de los apagones de luz hasta por 4 horas, hacían de la tareas titanica, pero siempre esforzados y entregamos los trabajos bien. Hecho y con amor.

La maestra con todo el amor del mundo hacia video llamadas desde su celular en muchas ocasiones con sus megas ya que se caía la señal y cumplía con su trabajo.

En muchas ocasiones su teléfono colapsaba con tanta información y fotos. Ya que todos los días trabajábamos codo a codo.

También fueron muchos los momentos en que ella promovía reuniones virtuales para que sus alumnos compartieras y se conocieran.

Además los temas eran evaluados vía exposición para observar lo que consolidaba el alumno, por eso insistía que el niño debía trabajar bajo la dirección de ambos y no que los padres por salir del paso hicieran las tareas.

Por todo ese esfuerzo mutuo, los padres nos reunimos y decidimos retribuir la entrega de la maestra, con una herramienta que le iba a traer beneficio en todas las áreas. Un teléfono inteligente con 6 ram / 128 GB de memoria interna.

La invitamos al club para hacer la despedida de año y me imagino que ella espera un detalle pero nunca se imagino lo que venía estaba súper feliz compartiendo con sus niños.

Cuando llegó la hora de entregar el regalo, reunimos a los niños y ellos con el amor que los caracteriza hicieron acto de presencia.

La maestra sin imaginar lo que tenía la caja dentro ya se le veía su sonrisa que se llenó de lágrimas de emoción al encontrar ese tesoro que le va ser de gran ayuda.

Un educador que hace llave con el padre para contribuir en la educación de tu hijo se merece todo el respeto y valor que ahora no reciben porque la remuneración no cumple con las expectativa de vida, sabemos que muchos profesores como nuestra IBEK, tiene vocación y que se quedan por un compromiso, es por ellos que los padres le quisimos dar una alegría.