El arte de ser madre

Nos alegraremos y sentiremos orgullosas de nuestros hijos desde que aprenden a darse la vuelta, gatear, caminar, hablar. Cada meta que ellos superan nos hacen inflar el pecho y que el corazón quiera saltar de allí.

Cuando mi hija mayor hizo su primera presentación de gimnasia rítmica no lo podía creer, como tan chiquita era capaz de estar frente al público y un jurado compitiendo, y ahora cuando la veo tocar el violín. Cuando mi princesa menor la veo tomar sus decisiones y superar sus miedos, aprender sus exposiciones. Yo creo que me llené de orgullo desde que pudieron decirme mamá te amo. Sólo necesitan existir y ser felices para que pueda ser feliz yo también.

Cada momento con ellas es importante, pero supongo que estar presente en sus presentaciones es algo que ellas siempre van a recordar y valorar, saber que su mamá las apoya y las acompaña.

No soy como mi mamá, mi mamá tiene su forma especial de expresar su amor, con cuidado y atenciones, no es de las que dice siempre te amo, pero lo sabemos, yo decidí cambiar eso, y siempre se los hago saber, les abrazo más. De resto las lecciones aprendidas con mamá son una referencia, mi mamá formó 4 hijos, y todos somos buenas personas.