Hubo una vez una gloriosa moneda de nombre "Fuerte", que en sus inicios fue orgullo para su nación. Respaldada por el oro que había en las entrañas de su país, su valor internacionalmente fue sólido y envidiable por muchas décadas. Pero, pobre de ella, cómo presa de una maldición, las desventuras la comenzaron a ocurrir a medida que los diferentes gobiernos jugaban con ella. Su valor, su fuerza comenzó a derretirse más rápido que un helado bajo el sol de mediodía.

La vida de la moneda "Fuerte" pronto se vio en envuelta en una tragicomedia, cómica y triste a la vez. El metal con el que estaba hecha llegó a valer 10,000 veces más que su valor nominal, y la vendían por kilo en empresas recuperadoras de metal, pobre de ella. De ser el símbolo de riqueza y estabilidad, fue convertida en chatarra.

Pero eso no fue todo. Nuestra moneda "Fuerte" sufría de recurrentes pesadillas con los ceros. Había veces en las que la invadían catorce y más ceros a su derecha. En otras los ceros de revelaban colocándose a su izquierda, provocándole devaluaciones descomunales. Que angustiada estaba nuestra amiga.

La pobre "Fuerte" se deprimió ante estas desastrosas desventuras. Se sentía insignificante y sin vida, como una hoja llevada por el viento. Pero, en medio de su tristeza, tuvo un destello de esperanza. ¿Cómo podría volver a tener la fuerza que tuvo en antaño?

La moneda "Fuerte" ideó, se le ocurrió la absurda idea, de convertirse en una moneda de chocolate. Pensando que así todos la amarían otra vez y querían tenerla y volvería a ser tener valor. Pero, la frustración fue muy grande, pues nadie quiere comerciar con chocolate derretido.

así nuestra moneda "Fuerte" se encontró aún más perdida, buscando una solución para recuperar su antigua fuerza. Tal vez, solo tal vez, algún día alguien encuentre la fórmula mágica para restaurar su valor y hacerla brillar nuevamente en la nación.