Domingo #CotinaEducative Emociones escondidas

Y ahí la encontró en el suelo, llorando, gimiendo, con las ropas sucias, rotas y su cabello despeinado, ella sorprendida de ver el dolor que emanaba de esa mujer que estaba delante de ella, enroscada en ella misma, sin poder entender lo que decía entre gemidos que salían dentro de ella, con un dolor casi indescriptible. Cada grito empezó a ser reconocido en su mente, esos gritos, ese llanto desconsolado era el mismo que noche a noche atormentaba sus sueños.

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Era imposible que Sofía estaba delante de quien le generaba semejantes desvelos noche a noche.
¿Quién eres? Porque tus gritos no me dejan dormir y ahora apareces en mi camino, ¡MUESTRATE, DIME QUIEN ERES¡-Gritaba Sofía con la autoridad que le caracteriza.
La mujer que lloraba levantó su rostro y para su sorpresa era ella misma, ¡Era su rostro, dolido, marcado por el llanto constate ¡Sofía cayó arrodillada delante de ella y le preguntó con voz dulce:
¿Quién eres? ¿Por qué estas así? ¿Quién te hizo tanto daño?
A lo que entre sollozos le respondió:

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Pues TU, tú me dejaste aquí un día, encerrada, sola, sin poder más que con el dolor que quedó en mi hace años, mira mi cuerpo -esa mujer ahí con su mismo rostro le mostraba heridas abiertas, sangrantes, en una de ella salían lágrimas, otras salían gritos, era un cuerpo lleno de marcas y dolor.

Sofía suavemente acarició una de ellas, y pregunto
¿Cómo he podido ser yo, si es primera vez que te veo, y sería incapaz de dañar a alguien así? , _ Pues si, respondió la mujer, un día Alguien te dañó, te hirió, te engaño, te abandonó ¿recuerdas?
A lo que Sofía con lágrimas en los ojos recordó uno de los momentos más dolorosos de su vida, un engaño del hombre que amaba, del hombre que descubrió era quien ella siempre había deseado, y un escalofrío recorrió su cuerpo y dos gotas de sangre salieron por su nariz, a lo que le preguntó
¿Y esto, que es esta sangre?
Es el llamado que te he hecho para que mires dentro de ti, para que vinieras, me ahogo de escuchar esa voz que tanto te alejó de mí, sé que él sigue afuera, que estás con él, pero te olvidaste de mí, de esa Sofía. Yo soy esa Sofía que más sufrió y que cuando decidiste “perdonarlo” quedó aquí, sin resolverlo, seguiste dejándome aquí con el dolor sin haber acomodado lo que pasó, ¿acaso le has perdonado? Dime, ¿lo perdonaste?

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Sofía bajó el rostro y dijo:
No, me he engañado en creer que lo había perdonado, pero sufría día a día la desconfianza, sabiendo que eso que vivimos volvería a pasar, siento que vivo en un puente de cristal muy hermoso, perfecto, maravilloso pero que espero día a día se rompa y vuelva a sentir ese dolor.
Sofía veía como su YO sufría todo lo que ella escondió y llevaba día a día, que esos momentos de sangrado que tanto le molestaban era el reflejo de un corazón marcado de amargura y celos, marcado de dolor y una terrible decepción de la persona que tanto amaba.

Ven… ven, déjame abrazarte déjame que puedas recibir esa tranquilidad que tengo en este momento, de saber que dentro de mi alguien gritaba y era mi culpa, mírame, soy feliz, creo en él, tanto él como yo hemos decidido darlo todo por esta relación, así como es, ambos estamos cambiando nuestras vidas para adaptarnos a lo que nos toca, pero es nuestra manera, siento haberte dejado, haberte abandonado y esconderte, que solo guardaba mi dolor aun latente.
Ambas se abrazaron y lloraron, ambas se fundieron en un hermoso color azul, brillante, hermoso y ese dolor paso a una paz q pocas veces ambas habían experimentado.
La otra Sofía la que lloraba, era el reflejo de un perdón no resuelto, lleno de dudas, dolor, abandono y que había escondido dentro de ella sin darse cuenta, su cuerpo poco a poco empezó a reflejar esto en dolores en su estómago sin ninguna explicación médica. También empezó a vivir sueños donde escuchaba unos gritos que no la dejaban dormir.
Es importante amigo lector, que busquemos dentro de nosotros ese otro YO que alguna vez sufrió con algo y que no hemos resuelto, quizás hay dentro de ti conflictos, perdones que deben ser usados para que tu cuerpo, mente y corazón estén en esa forma que Dios los creó, PERFECTOS.

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Parte de la emociones que tenemos son generadas por estímulos externos pero gran parte son por internos, te invito a buscarlos a indagar eso y de alguna manera poder liberar lo que posiblemente pueda estar interfiriendo en tu vida cotidiana, a Sofía la estaba limitando sus dolores por su no haber cerrado el ciclo. Ya resuelto puede volver a hacer esa mujer ágil, motivadora e ingeniosa de siempre

Hasta la próxima
@mariu.espinoza