Ilustración de @maelichb

Llamada telefónica

—Hola, buenas noches, ¿Quién es?— dice Melanie al recibir la llamada telefónica de un nro extraño.

—Hola bonita, estoy fuera de tu casa esperándote.— dice Miguel con un tono gracioso y viendo hacia la casa, a todos lados y mirar por donde Melanie se asomara.

—¿Ah? ¿Qué?—se asoma por la ventana y lo ve —Pasa mi mama esta abajo, me estoy terminando de alistar— y cuelga.

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—¿De Dónde salio este?¿Como llego aquí?— dice para si misma— menos mal que mami me ha enseñado a siempre estar lista para salir.

—Mamiii,— grita Melanie, y continua en voz baja— es el chico que te dije, entretenerlo, por favor—

—Creí que ya no saldríamos— se dice más para ella misma que para su mamá, pero con un tono de voz baja y audible a su madre.

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La Sra Mariana abre la puerta al chico y lo invita a pasar.

—Buenas noches sra— estira su mano Miguel.

—Buenas noches joven— estira la mano Mariana, —Entra a casa, ¿Quieres algo de beber? te traeré unas galletas— sonríe la Sra Mariana y le da paso para que entre.

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—No, no gracias— Miguel está algo nervioso.

—Aquí, no se dice que no, es muy descortés.— dice Mariana con una sonrisa.

Por un momento se imaginó pidiendo un beso a Melanie, sin un no de respuesta, solo sonrió.

La Sra Mariana vuelve con galletas y una taza de té frío.

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—¿Y que cuentas de ti joven?— Dice la madre interesada. —lo pregunto así, porque no me vaya a salir como mis alumnos que empiezan desde él 1, hasta no se que nro— la Sra. Mariana sonríe.

—Bueno me acabó de graduar... estudié en la misma universidad donde estudia su hija, trabajo en la empresa familiar, tengo un hermano y una hermana, ambos menores y me gusta escribir, práctico deportes, solo como entretenimiento, tengo 23 años, signo picis, me gustan las galletas, también viajar, pero no mucho— dice rápidamente al ver la cara de la madre en asombro, tal vez creerá que se le va a quitar a su hija. Iba continuar hablando pero se con los nervios se quedó como mudo.

La Sra. Mariana se sonríe —Y dónde conociste a mi hija?—

Miguel sonrió —de nombre— bebió un sorbo, estaba nervioso, ayer— mordió una galleta —en la disco— lo digo en voz baja, que pensaría la madre de Melanie de él —Pero en realidad siempre la he visto allí afuera en el pequeño jardín sin que ella lo sepa, desde...— dijo con un tono de voz más audible y terminó la frase con una tos— ... Hace varios años.—

Mariana se ríe, Aunque su hija no lo había notado y no lo recordaba ya había hablado una vez con él cuando estaban más chicos. Posiblemente el tampoco recordaba ese encuentro, sí es que alguien más no había metido la mano para que no lo recordará, pensó con perspicacia.

Luego de eso, en otras ocasiones lo observabo hablando con su amigo, sobre ir a conocer a Melanie, justo en la esquina de la cuadra, pero luego se alejaba, eso le causaba mucha risa a Mariana.

—Por favor, no se lo diga,— dijo entre dientes con cara de súplicas y apenado.

—Entonces la conociste ayer, en la discoteca, interesante!— dice la madre con una sonrisa y cara de cómplice.

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Melanie baja las escaleras y llega a la sala

—Estoy lista— dice con una sonrisa.

Miguel voltea y se queda viéndola y sonriéndole.

—Bueno chicos, juiciosos— los mira a ambos —y regresan temprano— le había caído bien el chico, sobre todo la sinceridad, además de que ella ya lo había visto antes en la universidad, pues también daba clases allí, y ya que estaban en un mundo normal, pues se podía dar la libertad de curiosear y preguntar.

—Sí claro, Sra. Mariana la traeré sana y salva— le sonríe.

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—Bendición mami— Melanie le da un beso y abrazo a su madre.

Una vez afuera Miguel le entrega el casco, ella lo ve insegura.

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—Confía en mí— dice Miguel mirándola fijamente a los ojos.

Ella esquiva la mirada, sonríe y aagarra el casco. Se monta en la moto

—Agárrate fuerte.— le dice Miguel, con cierta Picardía.

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Ella lo abraza, y siente como se le acelera un poco el corazón. El arranca y la lleva a una heladería-pizzería familiar cerca de la playa y allí empiezan a hablar bajo la luz de la luna.

—¿Te gusta?— pregunta Miguel a la expectativa

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—Sí, está muy lindo— Melanie siempre sonriendo.

Miguel no la deja de ver. Y le dice —Te tengo algo— y le entrega unas violetas.

—Gracias, me encantan— Melanie muerde sus labios, es costumbre que tiene la de saborear sus labios y de vez en cuando morderlos, además le encantaron las violetas.

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—Deben saber bien— le dice Miguel mirándole los labios.

Melanie baja la mirada, y siente un cosquilleo en su estómago, instintivamente los vuelve a saborear, pero igual traga y dice —¿que?—

—Tus labios, te gusta saborearlos— le dice Miguel Sonriendo con cierta Picardía.

Ella sonríe, y se le acelera la respiración.

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—Es... lo hago siempre— Dice Melanie con la mirada baja.

—A mi me gustaría hacerlo también— dice Miguel con una sonrisa.

Melanie pensó que era muy directo y dijo — ¿qué?— con una voz suave, entre nerviosa y pero con curiosidad. Sus labios también eran bastante atrayentes.

—¿Tienes novio?— Pregunto Miguel.

—¿Ah? No se, tu.. ¿tienes?-Contesta nerviosa.

—No, no tengo novio— Melanie lo ve y se ríe y baja la mirada —tampoco novia, pero me gusta una chica, creo que le preguntare el fin de semana si quiere ser mi novia.— dice Miguel mientras estudia cada reacción de Melanie.

Melanie se confundió, pensó... ¡es un patán, solo quiere una aventura, bueno... parecía tan lindo. Le cambio la mirada, con una semisonrisa.

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—Apuesto que te dice que si, pero... ¿Que haces aquí entonces?— pregunta Melanie algo confundida, un poco más seria y viéndolo.

—Conociéndote, conociéndote mejor.— responde Miguel, con mirada de espectador.

—¡Ah claro!— Melanie no sabia que responder, su actitud cambio, aunque igual le atraía lo trataba mas como a un futuro amigo, aunque tal vez podrían intercambiar un beso, pero no un futuro novio. A las once ya estaban de regreso en casa.