El viaje de Marienne

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“¡Te va a encantar!” eso dijo Mily -se rió Marienne mientras veía a su esposo Leonard torcer el gesto en una expresión entre el asco y el dolor- no es tan mala, a mí me parece agradable, ya sé que es solo una amiga del gimnasio pero ir a esa cabaña con ella y su esposo podría ser una buena idea, total, hace mucho que no viajamos a ningún lugar.

-Está bien, si tanto quieres ir, iremos y fingiré que no odio la voz chillona de tu amiga- respondió el encantador esposo de Marienne mientras le daba una mordida a su cena.

Así llegó el día del viaje, ambas parejas partieron hacia la interesante cabaña situada junto a un bosque, cerca de un arroyo, un lugar perfecto para desconectarse del ruido de la ciudad, respirar aire fresco y descansar. Llegaron al lugar y era todo lo prometido y más, simplemente hermoso. Entraron y se instalaron y como el viaje había sido largo, se dispusieron a descansar.

Al día siguiente, salieron a los alrededores, a explorar un poco y luego de pasear, decidieron volver a casa. Richard, el esposo de Mily, se había adelantado con algo de leña. Cuando los otros tres ingresaron al lugar, se encontraron con una escena espantosa. Sangre, por todos lados y un símbolo extraño en el piso hecho con la misma. Marienne gritaba pero Mily no, se quedó como en shock, solo observaba el cuerpo.

Leonard no decía nada y Marienne al fin se calmó -hay que buscar ayuda…- dijo ella, pero se vio interrumpida por ruido en el exterior. Pasos, eran pasos de varias personas, más que ellos eso es seguro y en nada de tiempo, golpes, en las puertas, las paredes. En un instante, esos extraños estaban dentro, todos vestidos de blanco, con antiguos cánticos y miradas perdidas.

Marienne se apretujó lo más que pudo al cuerpo de su esposo, en una combinación de miedo y confusión, deseando seguridad y protección. Cuando ya estuvo todo mundo dentro al parecer, rodeándolos en torno al símbolo extraño del suelo, Leonard se dió vuelta hacia Mily, se soltó de Marianne y sujetó el rostro de la primera con delicadeza.

-Lo hiciste bien- pronunció el hombre aquellas palabras y parecieron una orden, Mily fue con paso firme hacia Marianne y acabó con su vida violentamente. Al terminar, extrajo su corazón y lo colocó en manos de Leonard -esa es la cuestión con los sacrificios, para altos poderes, el sacrificio es muy grande- dijo el líder de aquella secta, con apenas unos minutos de enviudar.

-Fin-