La extraterrestre Yulimar Rojas - Viernes de Cotinasports

Yulimar Rojas es el vivo ejemplo que lo que deseamos y trabajamos para lograrlo se puede.

De familia humilde, estimulada por la participación venezolana en los juegos de Pekín 2008, ella se interesó en practicar el voleibol ya que su tamaño la ayudaría, deseaba ser una rematadora y con eso en mente fue al polideportivo a sumarse a los entrenamientos para esa disciplina, pero se encontró con que no había y solo estaban disponibles para atletismo.

No se amilanó, sino que tomó el reto de entrenar en salto alto y ya a los quince años fue ganadora de la disciplina en los Juegos Nacionales realizados en Lara y en el 2011 obtuvo medalla de oro en Campeonato Sudamericano Juvenil de Atletismo con marca de 1,78 metros.

No solo practicó esa disciplina sino también la de carreras con vallas y salto largo y mientras siguió obteniendo éxitos como saltadora de alturas ganó los 100 metros vallas en los juegos estudiantiles del 2012 y sexta en salto de longitud en los Juegos Bolivarianos del 2013.

Su pasión era increíble, su alegría desbordante y se hacía notar en cada concentración, su don de gente le ganó amigos e incluso sus rivales más encarnizadas se gozaban con sus ocurrencias.

Ya en el 2015 en los Campeonatos Nacionales se consagró como la mejor saltadora del país y ganó los de longitud y triple salto y a los 19 años ya era campeona continental de este último.

Con seis hermanos y un papé que fue boxeador nadie como ella para saber lo que significaba luchar para obtener las recompensas y su privilegiada altura de 1,92 más su perseverancia la llevaron a conquistar el mundo que está a sus pies y expectante a que la extraterrestre como muchos periodistas apodan, rompa la marca de los 16 metros en el triple salto.

Consciente de las limitaciones en su país para entrenar al más alto nivel se fue para Guadalajara en España a hacerlo bajo las órdenes del cubano Iván Pedroso e inició su viaje a las alturas centrándose en el triple salto.

Su primera medalla olímpica fue de plata y la obtuvo en los juegos Olímpicos de Rio de 2016 con 14,98 y de allí en adelante iría mejorando sus marcas en cada competición, su primer mundial al aire libre lo logra en 2017 venciendo a quien la había doblegado en Rio, la colombiana Caterine Ibargüen.

Seguiría la de oro en los Panamericanos 2019 mejorando su marca a 15,11 metros, una semana después en Andujar logra uno de 15,45 el segundo más largo de la historia y tras el campeonato mundial en 2019 en Catar, se cubre de gloria al romper la marca olímpica y mundial en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 al imponer un 15,67 que para los expertos parecía imposible.

Su triunfo estremeció las cimientes del deporte en Venezuela y fue sentido como suyo para cada habitante que lloró cuando se entonaba el himno nacional y lo escuchabas a través de las pantallas del televisor

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Se convirtió en la primera mujer de su país en lograr una medalla de oro olímpica y en el tercer atleta en hacerlo.

Cuando los expertos no habían salido de la sorpresa del record la venezolana un año después en Belgrado lo volvió a romper imponiendo un 15,74 que prometió ella misma volver a superar en otro momento.

Pocos ven lo que hay detrás de cada logro de un atleta, los sacrificios que hace, los obstáculos que debe superar y en el caso de esta mujer a quienes algunos asocian con el chavismo y denigran en redes sociales tomando como excusa sus preferencias sexuales y cualquier tontería.

Ella es el vivo ejemplo de una mujer luchadora y triunfadora y es un ejemplo a seguir por todas las de su género.

Pasará mucho tiempo para que otra atleta en la especialidad en el mundo alcance esos niveles y falta todavía mucho por andar del suyo y es orgullosamente venezolana, nacionalista y ejemplo de un país que lucha a diario constantemente.

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