Las hallacas de mi casa
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Con los ingredientes a mano, comenzamos lavando las hojas y picando los aliños mientras se cocinan el cerdo, la carne y el pollo. Una vez que las proteínas están listas, sofreímos los aliños e incorporamos las carnes junto con las pasas, las aceitunas y el caldo de pollo.
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Con el guiso terminado y las hojas limpias, organizamos en la mesa los ingredientes para el decorado: pasas, aceitunas, alcaparras, pimentón, tiras de pollo, cebolla y encurtidos, todos previamente picados y listos para el ensamblaje.
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Para la masa, mezclamos la harina con el caldo de pollo y el aceite onotado. El secreto es lograr un color vibrante; después de todo, ¡nadie quiere una hallaca pálida y con falta de hemoglobina! 😂
Con todo dispuesto, iniciamos el ensamblaje: extendemos un poco de aceite onotado sobre la hoja de plátano, colocamos una bola de masa y la aplanamos con ayuda de papel envoplast para que quede uniforme. Luego, añadimos el guiso y los adornos. Finalmente, cerramos la hallaca, la reforzamos con una segunda hoja y procedemos al amarre, ¡mi tarea principal en esta tradición!
Aunque la receta sea la misma en muchos hogares y las hallacas hayan cruzado fronteras, estoy convencido de que el secreto está en el toque personal. Lo que hace únicas a las de mi casa, sin duda, es el sazón de mi papá; ese gusto especial que solo él sabe darle y que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.
Hacer hallacas es un recuerdo que me acompaña desde que tengo uso de razón; mis primeros pasos fueron en casa de mis abuelos, donde mi gran tarea era lavar las hojas. Hoy la tradición se mudó a mi casa y, aunque sigo perfeccionando la técnica, tengo la certeza de que seré el sucesor de mi padre. Juntos, somos los chefs oficiales de la familia.
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Este año la experiencia fue distinta: ¡hasta mandamos a hacer camisas con nuestros roles! Aunque, por error, intercambiaron el mío con el de mi hermano y terminé 'bajando de nivel' en el uniforme jajaja. En la práctica, mi mamá y mi hermano menor limpiaron las hojas con algo de ayuda de mi hermano mayor y la mía. Entre mis padres y yo picamos todo, mi papá se encargó del guiso y el armado, y yo, como siempre, del amarre. Al caer la noche llegaron mis abuelos; mi abuela ayudó con las últimas hojas y mi abuelo, quien fue mi maestro, se sentó conmigo a amarrar.
Pero para que vean que sigo subiendo de nivel, este año tuve un ascenso: ¡me encargué de los bollos! Preparé la masa y los armé todos, mientras mi abuelo los amarraba y mi papá se encargaba de la olla.
Así, entre gaitas, risas y largas conversaciones, fuimos dándole forma a nuestras hallacas. Más allá de la receta o los roles de cada quien, lo que realmente define nuestra tradición es ese ambiente de alegría y el placer de compartir un año más en familia.
Fotografías obtenidas de mi dispositivo Samsung Galaxy A26




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Esta tradición es única y ahora cruzó las fronteras de nuestro país con tantos hermanos venezolanos regados en el mundo.
Exactamente, me encantan donde llega con buen color; yo creo que a nadie le gusta con hemoglobina baja, como bien comentas.
Me encantaron las franelas; quedaron hermosas. Espero sigan disfrutando de estos bonitos momentos en familia.
Gracias por la invitación.
Bendiciones.
Una hermosa y especial Tradición la Preparación de las Hallacas,
La cual en tu Familia a pasado de generación en generación, cada año se organizan de tal modo que hasta este año tuvieron camisas personalizadas,
Bien por tu ascenso de preparar los bollos 😁
Tus abuelos llegaron un poco tarde para completar el Amor de esta Hermosa Tradición 💖
Bendiciones!!