Refranes de la vida
Un saludo especial para todos los amigos de esta comunidad
Portada diseñada en PowerPoint/ F
No creemos que exista para el país en general un refrán predilecto, que se repita en todas partes, debido a que cada región apela a los que más le gusta y en algunos lugares el empleo de estas breves sentencias es mucho más frecuente que en otros. En las áreas rurales, por ejemplo, resulta muy común el uso de refranes ante cualquier circunstancia, lo cual no ocurre en los grandes centros urbanos, donde la dinámica de la existencia es por completo diferente. Puede suceder también que, por un lapso determinado de tiempo, se popularicen algunas de estas expresiones para que luego el tiempo se encargue de llevarlas a un segundo plano.
Una copla-refrán/ F
Por todas esas razones nos centraremos en uno de los refranes que más escuchamos en el pueblo, y dentro del ambiente familiar, durante esa etapa en que tuvimos contacto con personas que en todo momento tenían a flor de labios una pintoresca sentencia para enriquecer las conversaciones. Nos llamaba mucho la atención, porque además de un refrán se trata de unos versos agrupados en forma de copla que expresan, de manera subrepticia, las falsas apariencias, la discriminación y el interés de esas personas que son capaces de realizar algo a lo que no están acostumbradas, ya sea por necesidad o por congraciarse con alguien más:
Cuando un negro está comiendo
y un blanco es su compañía,
o el blanco le debe al negro
o es del negro la comida.
Además del que ya mencioné anteriormente, hay dos refranes que suelo utilizar porque eran los que mi madre decía con más frecuencia:
Nunca es tarde cuando la dicha es buena: A través de estas palabras, intento enfatizar siempre, al igual que lo hacía mi mamá, que lo primero que debemos hacer cuando obtenemos algún bien es estar agradecido. No es conveniente lamentarse porque tardó demasiado en llegar, o porque apareció en los momentos en que ya no lo necesitamos; lo único que debemos considerar es que ya lo tenemos y ahora o más tarde se convertirá en algo que de alguna manera nos beneficiará.
Los hijos y la responsabilidad/ F
El que tiene hijo no muere ahíto: Aunque este refrán se refiere estrictamente a que los padres estamos pendientes, sobre todo, de la alimentación de nuestros muchachos, por tanto, cualquier alimento que consigamos lo compartimos con ellos, yo particularmente lo expando hacia todas las responsabilidades que debemos asumir desde que el primero de nuestros retoños viene a este mundo. Quienes cumplen con juiciosa actitud este rol saben que todo cuanto hacemos y tenemos está condicionado por todo aquello que los hijos requieran para estar bien. Desde esa perspectiva, y como un homenaje a mi madre, empleo todo el tiempo estas tradicionales palabras.
De los dos que he señalado en el aparte anterior, el que más enseñanzas tiene, por todo lo que encierra en cuanto a la responsabilidad y el amor de los padres es, por supuesto, el último: El que tiene hijo no muere ahíto. Si la familia es la institución fundamental dentro de la sociedad, si de su consolidación y bienestar depende la estabilidad y el desarrollo de una nación, es imprescindible que las persona tengan conciencia de la misión que deben afrontar desde la hora en que deciden vincularse para traer al mundo uno o más hijos. No se trata, sin embargo, de un enorme sacrificio, el amor que profesan unos padres sensibles y comprometidos los induce a cumplir con las necesidades de su prole sin importar los esfuerzos que se deben llevar a cabo. Por eso es que hoy en día escuchamos decir que los padres son unos Súper héroes.
Instruir con refranes/ F
En estos tiempos en que la rapidez y la instantaneidad marcan el transcurso de la existencia, los refranes se convierten en una formidable alternativa para la enseñanza de las nuevas generaciones. La brevedad, el ritmo y, en algunos casos, hasta la rima que caracteriza a estas expresiones pueden transformarse en especiales atractivos para una población joven acostumbrada a la inmediatez, a los juegos verbales y a experiencias que expresen lo máximo en un brevísimo lapso de tiempo.
Desde este punto de vista, los refranes, formalmente proyectados dentro de unos objetivos instruccionales, pueden enseñarles a esos jóvenes que el contenido de una expresión determinada encierra unas ideas que van mucho más allá de lo que se percibe en un primer instante. Y después hacerles entender que así ocurre con la mayoría de los eventos que nos encontramos en esta vida: hechos, actividades y hasta distracciones cuyas repercusiones tienen que ver con nuestro tiempo, con nuestras responsabilidades y con casi todo lo que pensamos hacer más adelante.
Invito a los amigos:
@crismenia,
@lanegra2804 y
@mariami