La sociedad siempre se ha caracterizado por ser muy convulsiva. Sin embargo, en la actualidad dicha convulsión ha llegado a niveles muy preocupante porque los valores humanos que siempre se han encargado de orientarnos a actuar con sensatez, se diluyen diariamente; siendo esto algo muy preocupante y delicado.

  Entre los valores que se han estado perdiendo en nuestra sociedad destaca La tolerancia y, en lo personal ver el nivel de decadencia al que ha llegado este valor tan importante me asusta porque, cuando no somos capaces de tolerar alguna acción que no está fuera de lo normal o correcto, automáticamente pienso en que estamos muy mal y necesitamos reflexionar para mejorar.

  Vivir en un entorno donde no tengamos la habilidad de tolerar las diferencias ocasiona el estallido de un caos y esa no es la idea porque, tener pensamientos, creencias, cultura, color de piel o gustos que no se parezcan a los nuestros está bien y, aquí he llegado a pensar que es una de las particularidades más interesantes que tiene la vida social ya que, cuando no coincidimos en un punto con alguien, se nos abre la oportunidad de aprender algo nuevo porque analizamos en ese argumento adverso al nuestro y, en ese análisis existe la novedad de descubrir un mundo interesante que por alguna u otra razón nos negábamos a ver.

  Si todas las personas tuviéramos el mismo punto de vista; nuestras conversaciones, análisis o reflexiones no serían enriquecedoras y pienso que esto nos llevaría a tener pensamientos muertos; siendo esto algo negativo para nosotros porque desarrollar un criterio propio nos permite nutrir nuestra personalidad.

  Para que nuestro entorno social e individual fluya en total tolerancia, debemos aplicar una balanza y con esto no quiero decir que ser tolerantes es que aceptaremos todo tipo de actitudes, ideas, acciones o comentarios. Sino, respetar que la diferencia existe y el hecho de no compartir un criterio con alguien más, no nos hace enemigos de ellos y tampoco tenemos derecho de imponer nuestro punto de vista por lo tanto; ser tolerantes es balancear la diferencia entre nuestro criterio y el de otras personas porque así como nosotros queremos que nos respeten, también debemos respetar a los demás.

  Tengamos en cuenta que, la tolerancia puede impulsarnos a ser una sociedad libre de imposiciones y, aunque a veces nos hacen creer que todos debemos ser iguales para vivir en paz; esto está muy lejos de ser real ya que, si una persona no tiene la misma ideología religiosa que yo, por más que se la imponga, no va a ser feliz por lo tanto, mi intolerancia nos conllevará a tener muchos problemas y no es la idea.

  Ser tolerantes es más fácil de lo que creemos y, para serlo solo tenemos que estar dispuestos a hacer parte de nosotros este hábito tan enriquecedor por ello, los invito a autoanalizarnos constantemente y así conoceremos qué tan tolerantes somos ya que, la idea es que todos seamos ricos en tolerancia para poder disfrutar de una sociedad libre y en paz.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

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