Me considero una persona muy refranero. Me encanta usarlo. Quizás sea por el hecho de vivir en una ciudad que es capital de uno de los estados llaneros del país o quizás por el hecho de que los considero una muy buena forma de comunicación que rompe con lo literal de la expresión hablada.

A pesar de que con la supuesta modernización social y con la practica culturales extrajeras que siempre han buscado abolir parte de la idiosincrasia nacional, los refranes se mantienen en el tiempo y encuentran en mi un pregonero constante de los mismos.

Son muchos los que uso a diario, de hecho, en muchas de mis publicaciones están reflejados muchos de ellos en situaciones en las que busco hacer un paralelismo con una acción real o que trate de dejar un aprendizaje enfocado desde un punto de vista diferente.

Acá mi top3

Lo único que no tiene solución es la muerte

Es que es simple y directo. Son muchas las veces en que los problemas nos invaden y crean en nosotros un estado de zozobra en el cual creemos fervientemente que las cosas no tienen solución. Sin embargo, a pesar de que la situación sea difícil de superar, no es imposible. Siempre existir una solución. Quizás no sea la que quisiéramos, pero existe.

Verdugo no pide creencia

Por lo general es un grito de guerra, de prevención hacia una persona que está realizando una acción que nos puede perjudicar directamente o a alguien del entorno. Ese tipo de acción, por lo general, no la analiza quien la realiza y muchas veces es objeto de una acción parecida. Es allí en donde el victimario pasa a ser víctima y pide que se le entienda, comprenda o se le disminuya la acción negativa que está recibiendo.