Historia sin sentido #1

in #life7 years ago

Esto pasó un día común y corriente, nada fuera de lo común (supongo).

Soy el mayor de cinco hermanos, lo que me hace tener un par de responsabilidades en la casa como preparar el desayuno a mis hermanos menores que se despiertan temprano para ir al colegio y elegir las corbatas de mi padre, ya que el pobre quedó ciego por una pelea que tuvo con arturito de la guerra de las galaxias hace dos semanas en donde el robot le dañó la vista con un rayo lazer muy potente. En fin, un echo lamentable.

Como estaba contando más arriba, tengo que realizar todas estas cosas y además darle comida a mi gato Teodoro, el cual tiene una particularidad ya que ladra como perro, y no es broma, ladra y gruñe como todo un perro enojado.

Baje a darle su porción de comida a Teodoro y me encuentro con que estaba muy enfermo, lo que me preocupó mucho y me hizo llevarlo de inmediato al veterinario.

Llamé a mi nube voladora y nos fuimos tan rápido como pudimos donde el doctor de mi querido Teodoro. Cuando íbamos en camino mi gato empezó a vomitar guarenes y polillas, y yo claro que me preocupaba más, me empezaba a pasar una serie de películas con que mi mascota podría morir muy pronto y que no lo iban a admitir en el Limbo ya que fue un animal muy pecador.

Al fin habíamos llegado al veterinario y por suerte el doctor pelícano (era literalmente un pelícano con plumas y todo) se encontraba disponible para ayudarnos. Le comenté el problema de Teodoro y él de inmediato pescó a mi gato, lo metió en su boca enorme y lo llevó al quirófano para examinarlo.

Después de 40 minutos eternos, el doctor se apareció. Doctor, doctor, dígame que le sucede a mi gato fue lo primero que le pregunté al verlo, y él me respondió que simplemente mi gato había dado luz a un par de hermosos conejillos de indias.

Ahora soy abuelo, que bien