Perdida entre la Niebla
Caigo en una ola de desesperación:
El oxígeno me falta, la angustia me sofoca, y entonces, la visión me falla.
La niebla sigue avanzando sin piedad abarcando todo a su paso imposibilitando las vías de escape.
¿A dónde? si estoy perdida en la nebulosa. Una pared espesa de humo blanco me rodea.
Me encierra
¿Como? si no puedo ver. Parpadeo una y otra vez. Y, no, no lo consigo. Me restriego los ojos, pero por más que lo intento, no puedo. Mis ojos me arden. Estos quedaron cegados ante la densa blancura.
¿Hay alguien? no, estoy sola, sin ayuda. Solo con mi fuerza de voluntad que aún me permite sostenerme de pie y me impide rendirme ante la idea de que se haya acabado las posibilidades de seguir luchando.
Tengo miedo. Mucho miedo. Pero, tengo que salir de esta. No sé de qué manera, aun así, tengo que intentarlo…
¡Quiero vivir!
Aunque, ya estoy cansada y mis articulaciones me duelen. Harta de caminar sin rumbo fijo, de luchar. Mi cuerpo no puede más. Siento como de a poco mis fuerzas se desvanecen. Estoy agotada.
Y empiezo a delirar, mis pensamientos dispersos e inconsistentes se sumergen en un mundo de fantasía en donde consiguen la salida. Allá lo lejos un susurro se escucha, oigo una voz; esta cercana, pero al mismo tiempo lejana.
Allí esta, mi salvación.