¡Cómplices de por Vida!
Cómplices de por vida así lo decidieron nuestras almas inconscientemente ante la inevitable decisión de no poder estar juntos, apoyándonos con cada causa, uno a uno forjando su propio destino, distanciados intentando convencer al tiempo de las acciones que hacemos cada día. Con la esperanza de no solo sentir que hacemos lo correcto, sino de percibir la plenitud con la que alguna vez llegamos a vivir. Ignorando un sentimiento que se encuentra en estado de coma, pero todos sabemos desde lo más profundo de nuestros corazones, que adormecer un sentimiento no significa acabar con ello, por eso sigue vivo con la más sublime ilusión de saber si en el pasar de nuestros días, existiría el momento en el que le demos riendas sueltas a todo lo que sentimos, dejando de ser egoístas con nuestro entorno y con nosotros mismos, de no sentirnos culpables por desear querer tenerlo todo y no perder nada.
Cómplices, encontrándonos inevitablemente con las circunstancias de la vida, curándonos las heridas ocasionadas por algunos obstáculos, aquellos que no ayudan a comprender la fuerza de nuestras almas.
Siendo Cómplice y una parte de esta historia, puedo decir que he perdido mucho, pero también puedo decir que he ganado, por lo que comprendo que definitivamente la vida de eso se trata, es su equilibrio natural, solo que, como seres humanos, nos apegamos a todo lo que consideramos de nuestra propiedad, cuando realmente nada nos pertenece pues todo está de paso, incluyéndonos, y está en cada uno de nosotros darle el sentido que sea necesario, para lograr estar lo más cerca posible a esa sensación con la que alguna vez llegamos a vivir, apreciando las diversas maneras que existen de llegar a ella.
lo único verdaderamente nuestro, son nuestros sentimientos y nuestras decisiones y, sin embargo, muchas veces no son creaciones propias.