PIEDRAS DEL CAMINO

Un joven peregrino recorría a pie un frondoso bosque cuando escucho
una voz que le pedía que recogiera las piedras del camino.
Al principio, distraído deslumbrado con las bellezas del lugar, no atendió
a la voz, pero está insistió tanto que el muchacho comenzó a recogerlas
y así a lo durante el día fue guardando en sus alforjas algunas de las
piedras que encontró lo largo del camino. Guardo muchas pequeñas,
otras medianas y hasta algunas grandes.
Al caer la noche el joven llego a un claro cerca de un manantial y
preparo campamento. Al quitarse las alforjas las sintió a medio llenar y
las coloco a un lado; luego de cenar y de observar las estrellas durante
un buen rato se quedo dormido.
Al amanecer el muchacho llego hasta el manantial se lavo y tomo sus
alforjas para preparar su desayuno, cual no seria su sorpresa al abrirlas
y notar que las piedras recogidas el día anterior se habían convertido en
PIEDRAS PRECIOSAS, se encontró con esmeraldas, rubíes y hasta con
algunos diamantes.
Al principio nuestro joven sintió una gran alegría por las piedras que
había tomado a lo largo de aquel camino hacia los bosques, pero luego
sintió tristeza por todas las otras que había dejado a los lados del
camino…
Y Tu… Cuando llegues al final de este Camino, sentirás……
¿ALEGRÍAS o TRISTEZAS?