Sábados
Ame en invierno,
en los atardeceres,
tropecé con la arena.
¿Y si decido rendirme al alba,
ocultándome en los paramos?
Las hojas dejaron de caer,
crecían,
se duplicaban.
Sin embargo,
Yo me moría,
llena de agonía.
Morí en verano,
nadie me advirtió,
Tropecé con la arena,
O eso creí yo.
Caía por esta mientras me enterraban.
Aquí yace,
El último aliento del dragón,
Como luces de invierno desapareció.
Los muertos están,
Los muertos no hablan,
Bajo tierra se quedan,
Y bajo tierra danzan.