(2014) Importante estudio halla que Estados Unidos es una oligarquía

Un estudio, que aparecerá en la edición de otoño de 2014 de la revista académica Perspectives on Politics, encuentra que Estados Unidos no es una democracia, sino una oligarquía, que significa profundamente corrupta, de modo que la respuesta a la pregunta inicial del estudio, "¿Quién gobierna? ¿Quién manda realmente?" en este país, es:

"A pesar del apoyo empírico, aparentemente fuerte en estudios previos para las teorías de la democracia mayoritaria, nuestros análisis sugieren que las mayorías de la población estadounidense realmente tienen poca influencia sobre las políticas que nuestro gobierno adopta. Los estadounidenses disfrutan de muchas características fundamentales para la gobernabilidad democrática, como las elecciones regulares, la libertad de expresión y de asociación, y una franquicia generalizada (aunque aún disputada). Pero...", y luego siguen, diciendo que no es cierto, y que "las pretensiones de Estados Unidos de ser una sociedad democrática están seriamente amenazadas" por los hallazgos de este primer estudio científico exhaustivo del tema, que muestra que en su lugar existe "el fracaso casi total del 'votante promedio' y otras teorías de la Democracia Electoral Mayoritaria [de Estados Unidos]. Cuando se está controlado por las preferencias de las élites económicas y las posiciones de grupos de interés organizados, las preferencias del estadounidense promedio parecen tener un minúsculo impacto, casi nulo, y estadísticamente no significativo en las políticas públicas".

En pocas palabras: Estados Unidos no es una democracia, sino una oligarquía.

Los autores de este importante estudio histórico son Martin Gilens y Benjamin I. Page, y su artículo se titula “Testing Theories of American Politics” ('Probando Teorías de la Política Estadounidense'). Los autores aclaran que los datos disponibles probablemente están infrarrepresentados en el alcance real del control de Estados Unidos por parte de los súper ricos:

"Las teorías de dominación económica de la élite calzan bastante bien en nuestro análisis, aunque nuestros hallazgos probablemente subestiman la influencia política de las élites. Nuestra medida de las preferencias de los estadounidenses ricos o de élite -aunque útil, y la mejor que pudimos generar para un amplio conjunto de casos políticos- probablemente sea menos consistentes con las preferencias relevantes que nuestras medidas de las opiniones de los ciudadanos comunes o de los alineamientos de los grupos de interés comprometidos. Sin embargo, encontramos efectos estimados sustanciales incluso cuando usamos esta medida imperfecta. El impacto real de las élites en las políticas públicas podrían ser aún mayor".

Sin embargo, este es el primer estudio científico de la historia de la pregunta de si Estados Unidos es una democracia. "Hasta hace poco no ha sido posible probar estas predicciones teóricas contrastantes [de que la política estadounidense funciona como una democracia, versus a una oligarquía, versus a una mezcla de ambas] dentro de un modelo estadístico único. Este documento informa sobre un esfuerzo por hacerlo, utilizando un conjunto de datos único que incluye medidas de las variables clave para 1.779 temas políticos". Eso es un enorme número de temas políticos estudiados.

Lo que los autores son capaces de encontrar, a pesar de las deficiencias de los datos, es importante: el primer análisis científico de si Estados Unidos es una democracia o una oligarquía, o una combinación de ambas. La conclusión clara es que Estados Unidos es una oligarquía, no un país democrático. La democracia estadounidense es una farsa, por mucho que sea impulsada por los oligarcas que gobiernan el país (y que controlan los medios de comunicación). En otras palabras, Estados Unidos es básicamente similar a Rusia o a la mayoría de los dudosos países "electorales" "democráticos". Antes no lo éramos, pero ahora sí. Hoy en día, después de este exhaustivo análisis de los datos, "las preferencias del estadounidense promedio parecen tener sólo un minúsculo impacto, casi nulo, y estadísticamente no significativo sobre las políticas públicas". Eso es, en pocas palabras.

*Crédito de imagen a thefederalist.com

Fuente

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Video recomendado (con subtítulos en español) que explica un poco más la situación:

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