Un amor eterno en la cascada con Olivia Rodrigo (Versión 3)

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Una de las cosas que más me gusta de ti es que marcas la diferencia, implantas tu propio estilo sin ningún temor, quizás con un toque de rebeldía que a esta hora bien nos vendría.

Eres muy femenina pero sin exagerarlo, simplemente es lo suficientemente para coquetear a través de Instagram.

También eres enigmática te encanta colocar acertijos que yo debo descifrar uno a uno para así conquistarte con el don de las palabras, que como toda una compositora vaya que te agrada.

Simplemente porque las palabras tienen el don y el poder de llevarnos a viajar, trasladar a lugares idílicos, sí como si estuviéramos hablando de El Paraíso.

Lugares donde la pureza a nuestras almas contentan, sitios propicios donde prospera el amor.

También ocurre que tenemos tantas cosas en común que la química y conexión que hay entre los dos es inevitable, es casi como si tuviéramos la misma filosofía y disfrutaramos de las mismas cosas.

Cuando me miras es como si hubieras encontrado tu principal objetivo, y una vez que lo tienes, no lo quieres soltar.

Solo lo quieres conquistar y enamorar, tanto es así que todo lo que eres, tu feminidad, tu éxito, tus atributos internos y externos, tus habilidades y cualidades las pones a disposición de tu galán magistral, que desde la distancia te ha sabido conquistar.

Es que simplemente cuando se comienza a labrar este cuento, todo es perfecto, un sueño hecho realidad, una ilusión e imaginación infinita que no tiene límites ni final, en esta unión todo se acopla y alinea desde la primera de las citas.

Simplemente cuando te veo, es como si todo brillara, a tu alrededor y tu también, es como si los ángeles me hablaran y me contaran que tu eres la chica indicada.

Siempre tan pura y pulcra, la única explicación que tiene todo esto es que para mí te has guardado, y realmente me tienes emocionado.

Tú inspiras todo lo correcto es por eso que desde casi el primer día que te vi comencé a imaginar todo el cuento. Por eso contigo opto por el camino correcto, ese que tengo preservado para la princesa de mi vida.

Es por eso que aquí inmerso en uno de tus lugares mágicos y secretos, de Los Ángeles, California, a donde me has traído en nuestro primer encuentro.

Un bosque sublime que parece sacado del mejor de los cuentos, simplemente me parece el lugar perfecto para concretar nuestro compromiso.

La escena es idílica, porque cae una cascada de agua que nos invade con su sutil rocío de agua, estamos en un jardín silvestre, que parece el jardín del Edén, estamos rodeados de rosas y flores silvestres de diversos colores (mis favoritas son las de color azul), los árboles son frondosos y alberga pájaros muy coloridos, que adornan la escena con sus magistrales cantos y entonaciones.

Estamos el pleno ocaso, el sol parece despedirse dejando una estela color naranja sutil que se aprecia a la distancia, el rocío del agua en conjunto con la luz del sol forman un arcoíris muy luminoso y esplendoroso.

El sonido del circular del agua de la cascada que se dirige hacia un arroyo que se aprecia a la distancia.

Como en un paralelismo el sol se va ocultando poco a poco, pero al mismo tiempo la luna se asoma en conjunto con las estrellas, y vaya que brillan.

Les cuento todo esto para darles una idea como nuestro alrededor se torna a nuestro favor, si bien todas estas maravillas de la naturaleza son hermosas, la belleza de Olivia Rodrigo es inigualable, ella está con uno de sus tropicales vestidos, me le acerco, le acaricio el pelo, le doy un beso en la mejilla, luego paso a sus dulces labios que saben a una combinación entre moras, uvas y melocotón.

Le doy un fuerte abrazo, cuando me doy cuenta ella tiene una lágrima en su ojo izquierdo y yo le doy un beso debajo del ojo, ella dice: 'es como lo soñé'.

Yo le respondo 'yo también', así que con Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo, el sol, la luna, las estrellas, las criaturas de la selva, las rosas y flores como testigos me arrodillo y le pregunto: '¿te quieres casar conmigo y compartir toda tu vida para siempre conmigo?', ella responde muy feliz y contenta con lágrimas de felicidad 'claro que sí acepto', es así como te coloco el anillo de matrimonio, nos sentamos en la grama nos abrazamos y besamos, y no podía faltar empiezas a tocar y a cantar tus canciones favoritas con tu guitarra, y tú arrecostada a mí en conjunto con los exóticos sonidos del bosque secreto por la noche, al mismo tiempo contemplamos la luna y las estrellas.

Es así como se empieza a labrar una historia que estará repleta de aventuras que ha comenzado en este mágico lugar que jamás ninguno de los dos vamos a olvidar, es así como Olivia Rodrigo y su amado escritor latino se comprometen en matrimonio y se juran amor eterno e infinito por siempre. Amén.

Marcelo Durán.
Licenciado en Comunicación Social.
Escritor de Artículos Periodísticos y Poemas.