Quiero dormir pero NO. Algunos trucos para dormir mejor.
Existen consejos realmente útiles para dormir mejor? Quiero compartirles mi lento camino del insomnio a la productividad
Son las 4am. Aun no dormí nada. Tengo el cerebro embotado, incapaz de producir una idea, ni teclear un texto. Pero sigo en esta maratón de Hannibal que me esconde de pensar. Es el refugio perfecto. Sé que tengo que dormir, pero ver series y películas tiene sabor a premio. A trofeo por haber trabajado tanto (o al menos algo) durante el día. Me lo merezco. Me lo gané.
Mañana veré como hago.
Y ya mañana, me pongo de pie a las 9am, aunque debería haber comenzado antes. A media máquina y con el cerebro en silla de ruedas, el ciclo se repite.
Los hábitos, buenos y malos, no son tatuajes imborrables ni cicatrices. Son aprendizajes. Programaciones. Y así como incorporamos malos hábitos por comodidad, autoengaño, o porque no conocemos nada mejor, también podemos desaprenderlos.
Yo claramente necesité cambiar mi forma de ver el descanso.
Ariana Huffington, fundadora de Huffington Post, compartió en Tedx "¿Cómo tener éxito? Durmiendo más."
Dormir. Y dormir más. Una utopía para la persona promedio que vive en una gran ciudad.
Vivimos privados de sueño, sin razonar sobre el valor que tiene el descanso para nosotros.
Yo soy un insomne por naturaleza o, mejor dicho, por malos hábitos. Solía quedarme despierto hasta las 3am como mínimo y despertarme a las 8am para ir a mi trabajo. Cuando pasé a ser independiente, el desbalance horario fue aun peor. Y comencé a notar como esto impactó en mi productividad y bienestar general durante el dia.
Un escritor y emprendedor al que admiro, James Altucher, comenta en uno de sus artículos de forma tan simple como tajante: "El único truco para levantarse temprano es acostarse temprano". Hasta tiene el coraje de recomendar su rutina: acostarse a las 9pm para levantarse a las 5am. Fácil de decir. Lo intento, pero mis hábitos noctámbulos tiran fuerte.
Como dijo Jules (Samuel Jackson) en Pulp Fiction: I'm trying, Ringo
Los beneficios son motivadores. Mayor foco en cualquier tarea que un emprendedor quiera o tenga que realizar. Más tiempo para lecturas relevantes antes que el resto del mundo se levante y nos envuelva en sus rutinas. Más tiempo para ejercitar.
Y sobre todo, más tiempo para pensar. Incluso meditar. Las ideas fluyen y se generan mejor en una mente descansada y despejada.
Poder trabajar en paz es relajante. Cuando lo pienso, descubro que esa es la razón por la que muchas veces dejo tareas como escribir para la noche. Porque el teléfono no suena, Whatsapp está tranquilo, los mails dejan de llegar y los amigos no saludan por Skype. Pero eso también es aplicable a las 7am.
Si me acuesto a las 9pm, no me duermo. Lo probé. Quise saber si podía convertirme en una persona matutina. Y tuve los ojos como platos por horas. ¿Qué hacer?
Estas son las cosas que estan funcionando para mi. De a poco, muy de a poco:
Evitar pantallas un par de horas antes de ir a dormir. Todo un vicio que reconsiderar de mi parte. La luz interrumpe la producción de melatonina, hormona responsable de facilitar el buen descanso.
Evitar tomar alcohol antes del descanso. Me encanta el Campari. Especialmente con jugo de naranja. Garibaldi. O un buen Gin Tónic con limón. Pero el alcohol está plagado de azúcares. Y el azúcar te mantiene despierto.
Comer temprano, al menos 2 o 3 horas antes de dormir. Quizás una ducha antes de la cama. Lo ideal es una ducha helada, que produce el máximo efecto relajante en el cuerpo y la mayor producción de melatonina. Pero yo llego hasta tibia. Tampoco caigamos en fanatismos.
Huffington comentó que el camino hacia una vida más plena, productiva, inspiradora y feliz es dormir bien. Dormir lo suficiente.
Dormir poco se convirtió con el tiempo en un síntoma de virilidad. Es común escuchar "Yo puedo dormir 4hs. y funcionar perfectamente bien." Dormir poco se volvió una cualidad, algo de lo que fanfarronear.
En un mundo acelerado, donde para sobrevivir pareciera hacer falta trabajar cada vez más horas, el descanso reparador perdió importancia.
Nuestros líderes, al menos algunos de ellos, fueron hombres y mujeres notablemente inteligentes. Un alto coeficiente intelectual no es garantía de tomar buenas decisiones. Ni lo es ser una persona hiper conectada y ocupada.
Ser un buen líder (en nuestro trabajo, empresa, en la vida misma) es ser capaz de ver el iceberg antes de chocar con el Titanic. Y para serlo, es necesario tener un pleno uso de nuestras facultades.
Como dijo Huffington "Tenemos que aprender a cerrar los ojos y ver las grandes ideas que yacen dentro nuestro. Apagar los motores y descubrir el poder del sueño."
Desconfio del saber popular, pero sobre todo de mi propio saber. Ariana Huffington, además de ser una gran escritora y periodista, vendió Huffington Post por $315 millones. Quizás sepa algo que yo no.
Vamos a probar. Feliz descanso!
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