Cuando los negocios no solo son negocios
Lo fundamental es que exista una debida conciliación entre las metas de productividad, competitividad y rentabilidad de una compañía, con el desarrollo cónsono de los individuos que en ella laboran, esto con la finalidad de impulsar la mejoría en la calidad de vida de la comunidad con que se interactúa.
Existen empresarios y ejecutivos que defienden procederes empresariales rechazables, argumentando que los negocios son solo eso, negocios, pero la actividad que despliegan las organizaciones empresariales está sometida a pautas éticas.
En verdad, la dimensión ética de las empresas debe comprometer lo fundamental y lo permanente de una organización, debiendo ser un marco propicio para formularse interrogantes trascendentales sobre fines y medios, principios y actitudes, el deber ser y sus imperativos.
Tomando en cuenta los estándares éticos que imperan en el mundo de los negocios en los tiempos que corren, resulta pertinente plantearse, y responderse en la medida de lo posible, preguntas tales como: ¿qué clase de formación están recibiendo los ejecutivos en la organización?, ¿la actuación privada debe estar orientado esencialmente a la generación de lucro?, ¿qué fronteras deben regular la libre competencia?
Sin duda, si una compañía no produce ganancias, no podrá sobrevivir y, por tanto, no podrá pensar sobre sus finalidades sociales. De igual forma, si una entidad le da la espalda a la comunidad, no le será posible lograr un adecuado posicionamiento y ganarse una reputación en la sociedad que le asegure su sostenibilidad.
Fuente: Síntesis del aparte "Cuando los negocios no solo son negocios" del artículo publicado en la Revista Visión Contable (Diciembre 2015) titulado: "La Responsabilidad Social Empresarial. Ejemplo práctico de gestión ética en y para los negocios", cuyo autor es el mismo redactor de este post.
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