De negro a azul
Como un pequeño gato echado a la basura
Un perro callejero al que patean lejos de la carne
Un ave muerta siendo lentamente comida por hormigas
Si, el olor de la putrefacción tenía algo de dulzón, nauseabundo
Ella vio sus manos, sus palmas llenas de tierra, le molestaba entre las uñas, sus lagrimas brotaban violentamente de sus ojos pero no podía limpiar su rostro o los llenaría de tierra así que limpio sus manos con sus lagrimas ¿que por qué lloraba? por la imagen más lamentable del mundo, allí, frente a ella un hombre lloraba, ningún llanto había sido nunca tan doloroso; el llanto de un niño llegaba a ser banal, el de una mujer melancólico, pero el llanto de este hombre la había conmovido al punto de tener que llorar con tanto sufrimiento como el mismo.
Pero ¿a qué se podía deber un dolor tan profundo? algo así era solo visto ante la más profunda desolación del alma, si, la perdida de la belleza.
El camino había sido duro, dejar de drogarse con la orina del piso para subir la cabeza, no resbalar entre sus pies, caminar hasta botar las costras de estos ¡Ah que maravillosa travesía! arrastrarse por la inmundicia para levantar la cabeza y encontrar ¿nada? peor que nada, había encontrado la certeza de que lo buscaba ya no estaba; pero esto era algo que no sabía ella, quien no lo podía reconocer por la mugre que lo cubría. Cuando ya tuvo las manos limpias por sus lagrimas procedió a con estas secar sus mejillas.
-¿por qué lloras de esa manera que me estremece?
el solo seguía llorando, rasgando el suelo, escupiendo la tierra.
-respondeme
-anteriormente aquí existía la belleza
-¿aquí?
-si, en el mundo
-el mundo aún es hermoso, el cielo con sus estrellas, las personas nobles, la juventud vigorosa, las flores multicolores, no se que buscas por belleza
-no, eso puede existir, es cierto, pero no para mi, cuando vives en la inmundicia no hay más que viejos verdes y rateros, niños sucios que no pudieron ser abortados y animales hambrientos que pelean contigo por comida, ya no puedo siquiera levantar la cara lo suficiente para ver el cielo
hablaba entre sollozos por lo que era difícil entenderlo
-¿qué te ha traído hasta mi?
-este lugar para mi era el más hermoso pero ahora me doy cuenta que no hay nada, solo viento y vació
-es lo único que siempre ha habido aquí
-lo se, por eso mi dolor es tan grande, ya no puedo apreciar la belleza en lo simple, lo inmenso, ahora es solo terrorífico, como la visión de tus ojos y pelo negro
esto la sorprendió con los recuerdos que empezaron a arribar en su mente
// su cabello rubio con grandes trenzas, el chico que venia todas las tardes del pueblo a llevarle flores
-ten, las recogí por el camino
-siempre dices eso pero acá no crecen flores
-acá no, en el pueblo, son para tu cabello, azules porque combinan con tus ojos
-debe ser divertido vivir en el pueblo [se pone las flores entre las trenzas de su cabello] no se porque vienes, es difícil llegar, sobre todo la subida de la colina y además no hay nada
-en el pueblo siempre hay mucha gente gritona, borrachos y basura, aquí en cambio...se esta más cerca del cielo
-ya hablas como un padre, deberías dar tu la misa
-jajajaja solo si tu eres mi virgen
-¿y de qué sería virgen yo? después de todo ya hay de la piedad, de los dolores, y de lo que no hay virgen hay santo
-pues puedes solo ser Emma la virgen hermosa o Emma la virgen de los ojos del cielo
-¿sabes Jose? creo que tienes razón, este lugar es muy hermoso//
-no hay nadie que recuerde mi cabello rubio y mis ojos azules, o al menos eso creía, [aún seguían corriendo lagrimas por sus mejillas] nunca te hubiese reconocido fuera de aquí Jose
-no hay nadie que recuerde mi nombre, no creí que me reconocerías
-creo que es más impresionante que tu me reconozcas a mi
Emma se agacho y toco la cabeza de Jose, su cabello estaba terriblemente sucio pero ella lo acaricio, era bueno, ver un viejo amigo y ahora podía contemplarlo como aquello que nunca antes había visto, la rareza ante sus ojos de lo que va más allá de lo ordinario, de una figura lamentable.
-Jose dijiste que no podías ver el cielo pero acá si, el cielo esta más cerca ¿recuerdas? solo debes subir un poco la cabeza, no toda
Jose subió un poco la cabeza y vio el rostro de Emma, tras de ella el resplandor de un día soleado, ninguno de los dos había aún dejado de llorar
-ah... tus ojos están azules, deben haberse limpiado con tus lagrimas
-si, Emma la virgen de los ojos del cielo
-si, Emma la virgen sublime
-¿sublime?
-es lo que puede ser la soledad
[se sentaron]
-ya veo, creo que nos hemos vuelto exponentes de lo humano
-de lo tenebroso, de lo fantástico, es una buena manera de decirlo, realmente no importa, todo pasa y la vida sigue
-la vida sigue porque todo pasa, si importa, incluso una patética existencia, que es para si misma la totalidad del mundo
Jose sabía que en el cabello de Emma y cuando vio sus ojos, el negro era tan natural como la suciedad que lo cubría, exponentes de lo fantástico, lo humano, lo terrible; puede que ahora ya no era tan inocente para poder reconocer lo hermoso del vació pero podía allí sentado encontrar la paz en su desolación, al menos tras una mirada familiar, la vista del cielo.
-la tierra esta húmeda por nuestras lagrimas
-si, quizás crezca algo.
recuerdo haber visto esta imagen en este articulo [https://theredlist.com/n169-sandro-botticelli] donde contraponen a la mujer del cuadro de botticelli con una de rasgos asiáticos y me fue inevitable recordar a Kant en de lo bello y lo sublime, cuando da ejemplo de los rasgos que se acercan más a lo bello por su extravagancia y los que se acercan a lo sublime al reflejar sencillez o nobleza.
Aaaaaa me gustó mucho este texto, Sadyira :D No te puedo llenar de cumplidos, pero sí puedo asegurar que me gustó mucho.
Respecto al cuadro de rasgos asiáticos, de dónde es y de quién? un abrazo
ame el final de este cuento. Sin embargo, te hago la misma acotación que con el otro, aprovecha mejor las herramientas de edición para presentarlos de un modo más bonito!