Una madrugada todo cambió:

Alguna ves has tenido uno de esos sueños en los que parece que tu mente despierta antes que tu cuerpo? Que quieres despertar y que no puedes o que sientes que tu cuerpo es muy pesado y por mas que lo intentas no puedes moverte, tanto que sientes una desesperación tan tremenda que te asusta, ya había pasado por eso pero esa noche fue diferente, esa noche la parálisis del sueño tomo un rumbo distinto y aterrador.

Me fui a dormir como cada noche, cerré la puerta del cuarto con seguro y no tarde en quedarme dormido. En mitad de la noche mi mente despertó, sin embargo no pude abrir los ojos, mi cuerpo estaba totalmente pesado y no respondía ningún impulso, tenia la sensación de no estar solo en aquella oscuridad, sumado a la angustia de que no podía conseguir moverme, sentí un miedo extraño, algo que sentía que estaba ahí conmigo oculto en la oscuridad, tras intentar una y otra vez despertar y moverme quise desesperadamente arrancar un grito de mi garganta, entonces sucedió algo imprevisto, sentí que mi cuerpo flotaba, vi el cuarto inmerso en la oscuridad, fue como si mi espíritu o alma hubiera abandonado mi cuerpo, me vi allí en la cama dormido con la cara llena de angustias sin poder moverme pero lo que mas me causo alarma y un terror indescriptible fue ver un extraño ser agachado a un lado mio por un lado de la cama, no pude distinguirlo bien porque estaba oculto entre las sombras y su cuerpo parecía camuflarse con la negrura del cuarto, pero en cuanto se movía a mi lado pude darme cuenta que aquello era un ser delgado, a tal magnitud que se le marcaban las clavículas y costillas, el estómago lo tenia completamente hundido mostrando las vertebras de la espalda de una manera repugnante, así como un par de secos y caídos pechos cuyos pezones se levantaban y mostraban que aquello era un ser femenino el cual era completamente calvo y con dos enormes ojos negros brillantes y sin parpados, que denotaban un rostro lleno de locura y ansiedad, no tenia nariz, solo un orificio por donde se notaba que jalaba el aire, su boca era grande y llena de pequeños dientes que me sonreía de manera morbosa, mientras acercaba lentamente su rostro vi con horror que extendía su mano esquelética tratando de tocarme la entrepierna... De pronto pude abrir los ojos y con la mirada fija en el techo, sentí como mi cuerpo volvía a tener sensaciones, respiraba y mi corazón latía fuertemente, sentía mis brazos acalambrados y con mucho dolor porque pude lograr mover uno y ponerlo atrás de mi cabeza con un movimiento brusco, alcancé a voltearme y me fije en el reloj, eran las 3:27 de la madrugada, desde ese momento no pude volver a cerrar los ojos aquella noche.