-Turista en un país del que soy nacional-
No sé dónde estoy, quizás no se con quienes convivo constantemente, si todo cambia, si yo cambio, ¿Dónde estoy?, ¿Quién soy?, esto no tiene nada que ver con lo que pronto se aproxima, donde quizás me demuestre una línea de tiempo de un pedazo de mí vida que no viví en el país, no mío, -no soy dueña del pedazo de tierra- no me considero dueña, solo es un momento, un fragmento de algo necesario Venezuela.
No obstante, es necesario mencionar que no todo lo que se expresa es fácil, tiene un sinfín de sentimientos con los cuales en algunos casos se tiene empatía, este espacio fue creado para sentir una ausencia corta y para dejar a un lado las especulaciones, las mentiras, las ofensas, las injusticias y todo de lo que se ha mencionado o inventado en los últimos años, no es mi voz, son suyas, no es una parte, es un conjunto de declaraciones, de vidas, de realidades, de momentos duros, de mi existencia en dos sitios diferentes…
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[Este dialogo existió, no con una persona, sino con un recuerdo y un aquí y ahora, haciéndome consciente…]
— ¿Cuándo veras a tu familia?, ¿Cuándo volverás a abrazar a tu madre?, ¿Te habrás perdido de algo en estos dos años?
— No sé, al tener los papeles al día supongo, espero viajar; ahora siento emoción, ¡SON UN HECHO!… - Le contesta la otra.
— ¿Qué tan destruido esperas encontrar al país?, ¿Qué pasa si cuando llegues todos están más flacos de lo usual?, Y si… ¿no te gusta lo que ves?
— ¿QUÉ IMPORTA ESO?, no entiendes que pronto estaré cerca de mi familia, de mi infancia, mi adolescencia, de mis amistades, de otra oportunidad de crecimiento y de abrazos desgastados en un adiós de aeropuerto…
— ¿Segura?, ¿Y si encuentras que la crisis es tu crisis?, ¿Y si lo que vives día a día no existe ya?
— ¿A qué te refieres? — Lo preguntaba sabiendo la respuesta...
— A la educación, a la necesidad de consumo básico, a encontrar desesperación, como muchas veces miras en la televisión que simplemente apagas…
— Pues no es el momento de pensar en eso, ahora no por favor, quiero irme, quiero verlos, no puedo adelantarme, y tú tampoco…
[Le dijo el Ello al yo]
Al llegar a Venezuela, me di cuenta que había 3 cosas que cambiaron rotundamente desde la última vez que estuve ahí.
La primera se basaba en un entorno caótico, donde todas las calles, avenidas o infraestructuras parecen descuidadas, donde es más difícil cambiar un bombillo que acostumbrarse a vivir todos los días en la oscuridad, donde la ausencia de luz es tan común como la corrupción de la ley, una ley que en esencia no existe…
La segunda va de la mano con la primera, descubriendo sufrimiento y desesperación todos los días, tardes, y noches en los que parece tarea fácil la de alimentar a un hijo, padre o amigo, pero que sin duda muchas veces termina siendo un desafío, despertar pensando en el diario vivir…
Así mismo, en esta tercera parte, que se conforma por la convivencia, o por lo esencial del ser, consecuencia que ha dejado el desesperado momento de no tener y llegar a sentirse poco útil en un país donde el sueldo mínimo no te alcanza ni para dos kilos de queso y una bolsa de pan, ha llevado a que las personas pierdan, olviden o se cuestionen palabras como: respeto, ¡buenos días!, ¡buenas tardes!, ¡buenas noches!, gracias, disculpe, permiso, y sean muchas veces los golpes los que respondan por ellos…
“No hay efectivo”
“Todo está caro”
“Es mejor que los jóvenes se vayan del país, que más van hacer aquí sin oportunidades”
“El precio cambia constantemente, si es en efectivo te cobran menos, si es por transferencia el doble”
“Si ser bueno fue el problema, ser malo será la solución”
— Pueblo
En mi opinión, ahora Venezuela es como un vientre, donde la crisis es necesaria, es el comienzo de un cambio de era, de servicios, de lo nuevo, niños sin religión, sin identidad, formando parte de una visión del futuro, donde entre las posibilidades se espera tristemente una invasión o que las fuerzas militares defiendan lo mucho o poco que queda, sin internet, sin comida, con hambre, desesperación, comenzó otra clase de educación, -pleno parto-, adolecemos, cosas básicas van a cambiar por completo, llevando todo a la sustentabilidad, dando una nueva forma de vida mundial, creando nuevas palabras, gente nueva, nuevos y replanteados nosotros, basados en una economía digital, reflexionando tanto la supervivencia que aunque parezca obsoleta nos ayuda a avanzar …
Seguidamente, es un punto necesario de cambio, la historia cambia, el curso cambia, Venezuela cambia, adultos cambian, tratando de absorber, culturalmente ausentes, conformándonos poco a poco por redescubrir nuevos humanos, entonces… ¿el futuro es antiguo?, ¿el futuro es parecido al pasado?, ¿se repite?, ¿es un ciclo?, ¿volvemos a qué?, ¿tocamos el inicio o el fin? ¿ambos?...
“La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.
Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".
Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.
En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.
— Albert Einstein
Maracaibo, estado Zulia.
Finalmente, hagamos de este post una polémica, donde ninguna opinión es invalidad y todas se reconocen como parte de un diario vivir…
Todas las Fotografías presentadas en este post son de mí autoría.
sentí en cada palabra como tu país te duele tanto como a mi. Pero no dudes de que las cosas cambiarán, pues: En este momento somos una flecha, y nos están llevando a lo mas profundo posible, solo para luego salir disparados.
Me gusta creer eso.
Un abrazo azul para ti de mi portafolio.
¡Gracias!, no solo por leerme sino por tomar en cuenta que es dolor lo que uno puede sentir, pero que eso no implica que será para siempre.