Amistad

Saludos queridos lectores. Hoy quiero comentarles acerca de un tema que pudiera parecer trivial o, incluso, frívolo. Pero de ninguna forma lo es, es un aspecto esencial de la vida de toda persona y, quien no lo ha experimentado, se estará perdiendo una de las vivencias más gratificantes de la existencia. A lo que me refiero no es otra cosa que la AMISTAD.

La palabra "amistad" está formada con raíces latinas y significa “cualidad de amigo”. Sus componentes léxicos son: amare (amar), -icus (-ico, sufijo que indica relativo a) más el sufijo -dad (cualidad). Por su parte la palabra "amigo" viene del latín amicus. Éste deriva del verbo amare (amar). No soy una experta en latín, pero una gran amiga sí, así que espero su comentario más abajo. Creí necesario ir a la raíz de la palabra para anclar mi reflexión.

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La amistad es una relación entre dos o más personas que está basada en valores fundamentales del ser humano, especialmente la lealtad, confianza, solidaridad, entre otros. Una de sus características más excepcionales, sin embargo y en mi humilde opinión, es la INCONDICIONALIDAD.

La amistad es una relación que no nace de ningún nexo sanguíneo, suele ocurrir por afinidad de ideas y gustos. Puede surgir de manera espontánea y construirse con el paso de los años. Soporta los embates del tiempo y la distancia y tiene la maravillosa cualidad de PERMANECER.

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Según mi criterio la amistad tiene base en un principio de reciprocidad, que tiene como vínculo común el afecto. Como vimos en su etimología, amistad proviene de amor; y es este lazo afectivo el que sostiene y afirma la relación y conlleva a un compromiso tácito de lealtad e incondicionalidad que, a su vez y justamente por ser tácito, no se exige, sino que se otorga con gratuidad.

La Biblia, una de las referencias literarias más antiguas e importantes de la historia, expresa en Eclo. 6:14: “quien ha encontrado un amigo, ha encontrado un tesoro”, y con esto nos da una idea del valor de la amistad desde el aspecto religioso; pero aún más allá, en este mismo libro encontramos una referencia mucho más humana de la boca del mismo Jesús: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn. 15:13).

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Muchos conocen la amistad en su niñez, pero es en la adolescencia, donde los cambios llevan al joven a integrarse a un grupo, el momento fuerte para hacer amigos. Los años de colegio, las horas compartidas, las travesuras de ese tiempo dan cuerpo a esta hermosa relación. Pero, sin temor a equivocarme, pienso que podría decirse que la amistad es como el buen vino: mejora con los años. Cuando ha pasado el ímpetu de los años de la juventud, y la adultez ha llegado con su realidad y su capacidad de asumir compromisos, la amistad se torna como un refugio grato de complicidades y vivencias llena de valores que se han fortalecido con el tiempo.

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Un amigo es ese compañero que camina codo a codo contigo, en las buenas y en las malas. Un amigo es ese hermano que no heredaste sino que escogiste y con quien tienes gran afinidad. Un amigo es nuestro baúl de los secretos, nuestro confidente y consejero. Un amigo es la palabra oportuna, la corrección necesaria, el lazarillo cuando no vemos nada. Un amigo es esa bocanada de aire cuando estamos exhaustos y el apoyo cuando necesitamos levantarnos. Un amigo ríe contigo y consuela tu llanto. Un amigo es tu reflejo, pero con voz propia. Un amigo es la buena noticia de cada día, la presencia constante, la certeza que calma. Un amigo es un tesoro y quien lo ha encontrado es afortunado.

Yo soy una de esas afortunadas. Por eso quiero dedicar este post a mi querida amiga Alcy Villalobos quien me ha enseñado todo lo que sé de la amistad. Puedo decir sin temor a equivocarme que, gracias a tu amistad, soy una mejor persona y mi vida es mucho mejor porque tú estás en ella. Gracias por tu amistad.

A todos, gracias por leer estas líneas donde quizá hubo un toque más íntimo de lo que debía, pero seguramente han podido sentirse identificados. Celebremos la amistad, queridos lectores, pues la amistad es una fiesta que no tiene fin.. Hasta un próximo post y… por aquí seguimos.