El creyente está salvado eternamente
y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.(Hebreos 10:9-10)
La VOLUNTAD DE DIOS o el BENEPLÁCITO o Su plan o Su deseo que se propuso hacer ÉL, resultó en nuestra santificación.
Nuestra SANTIFICACIÓN resultó en nuestra "salvación eterna"
El creyente está salvado eternamente 🙌🙌ALELUYA! !
Amen, que así sea hermano.