Historias de pasillo: Destellos de un asesinato.
Capítulo III
11:40 am ...
Los finales elegantes siempre han sido mis favoritos, llenos de astucia, planificación y atrevimiento, y viendo mi final, observando a mi padre, atónito por la grabación, a Rebolledo, airado y sarcástico en su escritorio, y a mi... divagante y merodeando todos los pasillos del institutos, esos pasillos donde hice mi vida.
-Si...- (me detengo para sonreír), -¡La verdad es que no puedo quejarme!- , me recuesto y fijo mi mirada en unos niños que era recogidos del instituto por sus madres...
Suspiro levemente...
-La he cagado... mama-, mientras mis ojos se cierran.
11.:57 am.
Inspector Martínez: -¿Y ella, ya sabe algo?, ¿Se han comunicado con Carla?-.
Rebolledo: -Como crees Martínez, ¿Crees que llamare a tu esposa para decirle que Aurelio murió?- , cambia su mirada y coloca sus codos en la mesa, acomoda su postura y añade, -Eso te compete a ti, viejo amigo, es más importante que tu se lo digas a ella... ¿no crees?-.
El ambiente se vuelve tenso después de las palabras de Rebolledo, mi padre parecía golpeado fuertemente por aquellas palabras y antes que pudiera contestar Rebolledo agrega algo más a su monologo.
Rebolledo: -Rodrigo, no quiero que pienses que odiaba al chico, después de todo era mi sobrino y... su madre pues... ya sabemos la historia, ¿No Rodrigo?-.
Inspector Martínez: -Se a que te refieres Rebolledo, pero no puedo hablarle a ella con esta situación tan confusa, no hay nada claro, las grabaciones no nos dicen nada, solo tenemos el cuerpo de Aurelio y ya, no hay nada más, no sé que pasara con Carla si le dijese como están las cosas ahora, y por si fuera poco... no desaparece esa maldita expresión de su rostro-.
1:00 pm...
Poco a poco se fue deshabitando el instituto San José De los Sauces, afianzando cada vez más la apariencia de escena de película de terror.
Al despertar de ese sueño vuelvo a rondar por los corredores que se dirigen hacia el lugar donde me encontraron. Al llegar, destellos de la noche anterior llegan a mi cabeza, y cosas como un bolso rojo, una luz amarilla de emergencia titilante van y vienen a mi cabeza mientras me recuesto en la silueta que dejo la tiza al trazar mi fallecido cuerpo en el piso.
1:03 pm.
Recuerdos divagantes van y vienen y en cada uno de ellos siempre está la misma mujer, alta, delgada, de cabello castaño oscuro y de rostro maltrecho por el tiempo, junto a ella un saco negro que colgaba de su brazo y bajo este ese bolso rojo, y luego nada... no hay más... solo muerte.
Recuerda las cosas pasadas.
2:30 pm.
Ya ha pasado un largo tiempo desde que esos dos están reunidos, pero ahora escucho la voz de una mujer con ellos. Quisiera poder distinguir quién es, pero ya mi agotado y penante espíritu no puede más. Camino a paso torpe y tambaleante hasta la puerta de la oficina de Rebolledo donde aun hablaban mi recién conocido padre, Rebolledo y una mujer con una voz suave pero quebradiza.
Así que solo me desplomo, me arrastro, y allí cerca con la espalda reposada en esa puerta oigo su conversación.
2:31 pm.
Inspector Martínez: -Carla... lo siento mucho, pero... Aurelio murió-, hace una pausa, exhala y continua -lo encontraron sin vida hoy en la mañana en el corredor principal, de verdad lo siento mucho Carla... mi hijo... falleció-.
Rebolledo: -Por eso te hicimos venir tan deprisa, la situación es grave Carla, aun desconocemos quien lo hizo... solo llegamos a ver a una mujer en las grabaciones de seguridad, necesitamos que nos digas que paso ayer con él durante el dia-.
Carla: -¿Cómo? díganme ¿cómo, cómo dejaron que le pasara esto?-, respira un poco seca sus lagrimas y añade -*Aurelio estaba a tu cargo Mauricio, dime porque no estabas allí?, y tu Rodrigo, eres su padre ¿en qué pensabas?.
-Espera... dijo Carla, ese es el mismo nombre de mi madre-, digo para mí algo sorprendido, -supongo que ella no sabía nada... esto está mal, realmente mal, no imagine que morir trajera tanto problema-, añado con tono irónico y con voz obstinada.
La conversación se extendió unos minutos más, pero todo cambio cuando mi madre vio las cintas de grabación, ella notaria cosas que Rebolledo (Mauricio) y mi padre no.
En efecto, una mujer, y si, alcanzo a ver bolso rojo... que extrañamente le pertenecía.
Numero de fabricación 145, rojo carmesí - año 2000.
Para cuando termina la cinta y caigo nuevamente, todo termina, la charla muere y se cierra la grabación con el destello de mi muerte, aunque prefiero decirle asesinato.
Apagan la consola, bajan la laptop y recogen sus cosas para salir de la oficina en un silencio abrumador y fúnebre casi cortante.
Rebolledo trastornado por su estatus en juego saldría primero, mi padre hundido en la miseria de sus acciones incompetentes y mi madre aturdida por el bolso rojo saldrían en según lugar...
Pero eso debía esperar... a que alguien atendiera el teléfono de la oficina.
2:38 pm...
-Hola... sé que están los tres allí siguiendo su teatro estúpido de dolientes, no hace falta que contesten el teléfono, sé que me están escuchando... sé que mis métodos para reunirnos otra vez los cuatro son... elegantes... pero me divierto haciéndolo, mate al chico... mate a mi hijo...- exhala y suelta una leve risa, -pero es poco comparador con lo que les pasara a ustedes-.
-Y Carla... gracias por el bolso, ayudo a que no sospechara de mi-.
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necesito leer el próximo capitulo YAAAAA
Pronto, pronto publicare el proximo.