¿Y con que me como la arepa?
Nos pasamos la vida sentados, allí inmóviles en la banca, viendo tren tas tren pasar, y para cuando el que nos corresponde, simplemente dejamos que se vaya, como si fuera una más, otro de los muchos que ya han pasado por allí.
¿Jamás han pensado nada acerca de lo que implica el conformismo?
En ocasiones sería incorrecto simplemente señal a quien se conforma, disminuyéndolo a una partícula, que por insignificante, solo se gana miradas de lastima y de negación, haciéndolo sentir, como un ser que ha cometido el acto más inhumano y despreciable que existe.
Sincerándonos un poco, sería bueno admitir que en muchas oportunidades nosotros hemos sido conformistas con cualquier circunstancia, que hemos estado conformes con cualquier resultado, y que, sin siquiera dudarlo por un momento aceptamos un inminente fracaso o una virtual victoria.
Y si el caso fuera inverso, y si por un momento las cosas aceptadas socialmente cambiaran, y si por un pequeño instante te valiese todo un carajo, y le gritaras al mundo: ¡Yo soy un conformista!. Dime, ¿qué pensarías de ti mismo?, ¿qué crees que pasaría por tu cabeza?
y aun que trates de mentirme, de mentirte y de mentirles a todos, sin querer sabes la respuesta, simplemente te aceptarías, sonreirías y entendieses que te vale mierdas lo que los demás opinen, que ya no importa si lo gritas o no, que eres feliz, aun sabiendo que esta todo mal, que ves las cosas medio llenas cuando está totalmente vació.
Y entonces... ¿porque conformarse?
A veces, solo a veces, tenemos que aguantar, soportar un jefe inútil, un sueldo estúpidamente bajo, un clima que te hace querer morir, ajustes económicos absurdos, disminuciones en el trasporte publico, y así, podríamos seguir nombrando uno tras otro factor, que te llevan a afirmar que solo estas a un paso de llegar a la cúspide de la decadencia humana.
Llevándonos a entender, que esto es lo que hay, nada más, que mientras respiremos y podamos levantarnos otra vez a soportar mas calamidades, pero que respiremos, estaremos bien. Sumergiéndose a la profundidad de la mentira mas barata del mundo, que quizá puedas a ligerezas despertar cuando llegue la hora de la comida.
Y si llegara el momento de hacerlo diferente, de gritar ahora: ¡No soy quien se conforma, yo quiero más!. ¿Cómo mirarías a ese tu del pasado?, ¡como harías ahora para salir corriendo y despertarlo? tan solo para decirle, que no debe seguir, que esta mal, y que solo aceptar las cosas porque es lo que hay no es el camino.
Decirle entonces que debe cuestionarse, y aunque este solo y la masa sea, para ese entonces, una masa social inerte, que él debe alzarse, que él debe ahora, decir: ¡Ya no más!
Y aunque sé que es un poco gris, y que la critica va fuera de tonita, son las cosas que llegan a mi cabeza, otra noche más mientras abro la nevera, busco con que me como la arepa.
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