Mi viaje a Canaima: Paraíso de los Dioses.

Hola mi querida y estimada comunidad.

Les voy a echar mi cuento de el fin de semana que pasé en Canaima:

Cuando me invitaron a ese viaje no me lo podía creer, me sentí profundamente Bendecida. Ya que siempre he sentido una admiración especial por ver y conocer el Auyantepuy y presenciar la magestuosidad de nuestro espectacular Salto Angel.

Recuerdo que en esa época yo estaba pasando por una situación personal muy extrema, sufría de depresión ( la cuál aún hoy en día no supe nunca el por qué ).. Pero fué una situación muy difícil para mí, ya que llegué a somatizar mi tristeza interna en el estómago, me hacía vomitar todo, absolutamente TODO. Todas mis emociones, miedos, alegrías, me pegaban en el estómago. Me hizo renunciar a un sin fín de ocupaciones, estudios, planes, proyectos etc... esa etapa muy dura para mí duró 10 largos años; de la cuál mas adelante haré un escrito sobre eso.

Pero en fín. Retomando el cuento del viaje a Canaima, cuya invitación me llegó de los Dioses, recuerdo que andaba en una de mis crisis ( así las llamaba ) tenía al 100% activadas mis emociones, que asumo y hoy atando cabos, era por que iba a conocer a ese salto tan magestuoso, tenerlo encima y abrazar su rocío mientras cae con ese estruendoso sonido de Power.!..

Para ese paseo, en el Campamento a donde llegamos con mi grupo de amigos, nos despertaron a las 4am para empezar el recorrido; nos dieron un abre boca, como un desayuno de esos bastantes tempraneros. Yo por supuesto no pasaba la comida, logré meterme un jugo y una sopita a duras penas y a empezar el recorrido. Nos asignaron a un Pemón y nos montaron en la Curiara donde empezó nuestra Aventura.

Nos hicieron una parada en medio de la nada donde quedaba otro campamento con otro desayuno, era eso de las 9 am. Yo, por supuesto andaba con la inapetencia a mil, y las nauseas saboteando mi alegría y alucinación del solo hecho de estar allí. Logré comer mitad de un Sanduche y a montarnos de nuevo en la Curiara.

Por supuesto; inexplicable el paisaje en ese recorrido, viendo de fondo todos esos Tepuyes, saltos, árboles, toda esa vegetación como sacada de películas.

Yo iba yá con las nauseas a punto de convertirse en un desastre total dentro de esa Canoa, y para completar ibamos compartiendola con un grupo de Italianos que estallaban en mal olor. Las logré contener hasta que llegamos al fín al último Campamento que queda a los piés del Salto Angel, ya era medio día... donde nos esperaba un festín, ....el almuerzo... recuerdo que era pollo en vara, ya que había que prepararse para la caminata cuesta arriba de nuestras vidas, que teníamos que empezar a emprender para llegar al mirador. Ahí ya no aguanté, me fuí detrás de unos matorrales con mi hermana que me acompañó para apoyo moral y botar lo poco que tenía por dentro. Al paso de una hora mas o menos, después de que todo el mundo comió, comenzamos la caminata ( YO, sin nada en el estómago, todo lo que había comido ese día lo había dejado en los matorrales ) solo la emoción, energía y adrenalina que me invadió y me llenó de una fuerza que no sé de donde la saqué, se los juro; hasta fuí la más rápida del grupo jajaja. Bueno, cuando llegamos al mirador imagínense la cara de todos, impactados, en shock total, empapados recibiendo las bendiciones que nos caían de sus aguas, tomando fotos ( que por cierto extravié con mucha tristeza el Cd completo donde tenía todas esas fotografías ) solo me quedaron estas dos que les voy a compartir.

Al día siguiente nos hicieron paseo por el mismo Auyantepuy pero en Helicóptero. Así que, mi vida tiene un antes y un después de haber conocido al Salto Angel. Ese viaje fué como un sueño, yo le digo a mi esposo que si me llego a morir primero, que derrame mis cenizas en ese Salto, nos reímos por que siempre me dice que se la dejé demasiado difícil.

Quiero regresar, algún día regresaré. Después de mi sanación y disfrutar más plenamente ese reencuentro.

Estas fotografías fué lo único que me quedó de las 300 y tantas que tomamos. Ese pajarito se me paró como para darme energías, me llegó de la nada y mi instinto fué darle juguito.

Y ese salto que se vé en la otra se llama Salto El Sapo. Abajito en la foto me veo yo miniatura... bañandonos en una piscinita natural que la misma cascada y la naturaleza generó.

Espero que hayan disfrutado el cuento de mi viaje. Gracias por leerme.

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Hasta la próxima
Colimana