EL artesano "Mario Montilla"

Después de una larga caminata por el centro de mi pueblo, me desvío de mi camino habitual junto a una amiga para continuar un recorrido programado y así completar las misiones del día, puede sonar infantil pero así les llamo a cada una de las metas diarias que debo cumplir; bueno en fin mi meta no era conocer al artesano Mario Montilla ya hace varios años pasaba por su taller y miraba con asombro su talento pero solo eso porque no me paraba a observar la calidad de las obras de este humilde anciano.

Ese día pasamos y solo miramos de reojo entretenidas con las cosechas de mango comentando lo que esta representa para Venezuela. ¡Adiós pues! Saludamos al señor Mario ella se detiene más adelante, y mira hacia atrás. Me dice que preguntemos los precios, que hablar con él me puede servir para hacer mis post, le recuerdo que no tengo teléfono ¿Cómo podría dar a conocer sus obras? de igual manera el sector es peligroso no quería que tampoco ella sacara su teléfono sería malo para ambas. Sin embargo metió su mano en la cartera como escarbando y de muy pero muy en el fondo sacó su celular para que yo realizara este post. ¡Bravo, por esta amiga!

El señor Mario es un hombre humilde y trabajador desde hace muchos años, le preguntamos si podía tomar fotos y amablemente accedió mientras le exponía a mi amiga los precios de su trabajo en arcilla y que no olvidara fotografiar el nombre del taller “Artesano Mario Montilla” y como pueden observar el “Aquí no se habla mal de Chávez”. Sin caer en politiquerías le dije que con gusto lo haría. No me gusta juzgar la vida de nadie, cada quien es dotado desde su nacimiento de libre albedrío. Como voy señalarlo por una ideología política si él es un gran ser humano, cada anciano debe ser respetado, esos años que les pertenecen están llenos de historias, sacrificios y experiencias. Mientras capturo las imágenes de su taller escucho algunos de sus relatos, comenta esta apasionado por lo que hace, que una chica lo había entrevistado hace algunos meses y que hasta en televisión había salido. Nos enseñó sus pies, él se encuentra muy enfermo tiene su pies muy hinchados como su corazón.

Este noble señor, presta ayuda a todo el que lo necesite sin esperar nada a cambio, nos comentó entre risas que un cocinero reconocido en la región por su restaurant, siempre va a buscar budares para su taller sin darle un pago monetario; con comida él se conforma, pero no es justo; el necesita cuidados, medicinas, ropa, acá esta difícil hasta trasportarnos. ¿Podrá este señor ir todo el tiempo a buscar algún alimento? ¿Con qué condiciones podrá movilizarse? Mi mente divaga mientras el habla, no me siento capaz de hacer esas preguntas y evitar el llanto, esto no mejoraría su condición; el irradia paz, buenas vibras que derecho tengo de empañar su alegría con mis dudas y sin tener como ayudarlo. Es imposible no identificarme con mi padre que también es mayor y sufre de la misma afección de este señor. Me indigno con las personas que tienen la oportunidad para dar y no lo hacen al contrario le quitan a los más necesitados. No sé si todos los ricos serán así, pero estos casos no suelen ser extraños. Tal vez como ese señor pudiente del que comenta, otros también lo habrán estafado.

Este tema me pone sentimental, muchas preguntas se formulan en mi mente ¿Dónde estarán sus hijos? ¿Cómo comerá? ¿Con quién vivirá? Solo se encontraban allí un pequeño niño también esculpiendo y un adolescente amigo del anciano seguramente le estaban haciendo compañía porque también aportaron al relato, mencionando al hombre que se lleva los budares sin pagar. Es imposible no sentir empatía por la vida de este gran señor, solo con pequeños fragmentos de su vida alimentaron mi corazón de cosas buenas, el amor por su trabajo, la calidad de estos y la amabilidad con que nos trató a pesar de estar enfermo las sonrisas no faltaron en la charla.

Sin ánimos de ofender las mentes sensibles; todos seremos juzgados por un ser supremo, nada de lo que se hace en esta vida queda impune tarde que temprano se paga. De diferentes maneras se reflejan estos juicios divinos aunque muchos no quieran aceptarlo, muy en el fondo saben que sus acciones están mal y serán penados.