"¡Querido, cena sin mí!"
Lectura obligatoria tanto para las mujeres, como para los hombres, para que todo quede en su lugar.
Ella vuelve a recibir el mensaje de texto: "Querida, cena sin mí. Tengo mucho trabajo. Voy a llegar tarde. Un beso". Este ya era el segundo mensaje de texto de la semana. Ella se sienta en la mesa de la cocina, toma con sus manos una copa de coñac y piensa... Los niños ya han crecido y viven aparte, en el trabajo todo está bien, mi chequeo médico ha sido bueno, ya compré los neumáticos para el coche, falta mucho para que termine mi serie favorita, y el préstamo del crédito ya se ha pagado. Al parecer, debería alegrarme de la vida y gozar de ella, pero no, en este último mes ya he recibido el sexto mensaje de texto. Los tengo en el télefono, cada uno es diferente, pero tienen el mismo significado. ¡Ella no es tonta! ¿Qué ha pasado? ¿Acaso ha sucedido esto conmigo? ¿Qué estoy haciendo mal? Bueno, sí, ya casi no tenemos relaciones sexuales, pero ¿quién las necesita? Durante muchos años se ha convertido en una rutina y ya no se siente esa emoción de hace años, se ha convertido en una necesidad fisiológica y nada más. ¡¿Quién será?!
Ella está libre y divorciada. Es del tipo de mujeres que llaman "hermosas e independientes" y "sofisticadas", además. Trabaja en la oficina de al lado, muchas veces es estricta y dulce. Ella lo tiene todo: apartamento, coche, joyas de «Tiffany» y un conjunto de ropa interior de Victoria´s Secret. Su sueldo le alcanza para hacer viajes con sus amigos a una estación de esquí, y a tomar el desayuno en algún restaurante. Ella está feliz con lo que tiene, pero con mucho gusto está dispuesta a darle alegrías a otros hombres casados, incluso fuera de la oficina. Es atractiva, siempre anda arreglada, no molesta a las esposas de sus amantes con mensajes de texto por la noche. No tiene planes de casarse. Ya estuvo casada una vez y fue suficiente para ella. Está feliz con su estilo de vida, ella disfruta de la vida y de las relaciones que tiene. ¿Y por qué no hacerlo? Ella sabe que tarde o temprano todo saldrá a la luz, y su amante puede tener problemas y escándalos con su esposa. No es que a ella le de igual, pero cree que ella vale más, se valora mucho. Por eso está lista para aguantar los insultos de la esposa si ella llega a llamarle por teléfono. Pero no le importa, porque sabe perfectamente que si él decide regresar con su mujer, ella se conseguirá otro hombre sin problemas.
Pero la esposa es sabia. Ella decide cambiar su apariencia, su forma de vestir y su actitud frente a la situación. Comienza a arreglarse: se inscribe en un curso de tango argentino, trata de pintar cuadros o hacer fotografías. Finge no darse cuenta de las cosas, y comienza a vivir para ella. Puede pasar horas en el salón de belleza, y ya no se preocupa acerca de su apariencia. Comienza a prestar atención a los hombres que la rodean, y ellos se sienten atraídos por ella.
Un día conoce a otro hombre, para quien empieza a arreglarse y cuidarse, y las relaciones sexuales que ya no le interesaban, vuelven a ser excitantes. Y luego de medio año su marido recibe un mensaje de texto, ya el segundo de esta semana, "Querido, cena sin mí. Tengo mucho trabajo. Voy a llegar tarde. Un beso".
Él se sienta en la mesa de la cocina, vierte un poco de coñac en su copa y piensa...